Oh, San Edmundo de Escocia, vos,
sois el hijo del Dios de la vida
y su amado Santo. Y, como San Agustín
dijo: “Una cosa es amar al hombre,
y otra poner la esperanza en el hombre
y tanta diferencia hay que Dios manda
lo primero y prohíbe esto último”.
Y, claro, así es, sin decir más. Y,
vos, hijo de alcurnia alta, el mundo
despreciasteis y os abrazasteis a la Cruz
de Cristo, la santidad alcanzado, que
vuestro espíritu, anhelado había siempre.
Al final de vuestra santa vida, voló,
vuestra alma al cielo, para, coronada
ser de luz y eternidad, como premio
justo a vuestra entrega de amor y fe;
oh, San Edmundo de Escocia, fe y luz.
© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Octubre
San Edmundo de Escocia
Confesor
Una cosa es amar al hombre, y otra poner la esperanza en el hombre, y tanta
diferencia hay que Dios manda lo primero y prohíbe esto último (San
Agustín).
San Edmundo era hijo de Santa Margarita, reina de Escocia y de Malcolm III
(1057-1093). Después de haber tomado parte en los acontecimientos políticos y
militares de Escocia a cargo de su tío paterno en 1097, se fue a Inglaterra
donde abrazó la vida religiosa. Vivió en el monasterio cisterciense de Montague
(Somerset), donde murió santamente en 1100.
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