19 febrero, 2014

Beato de Álvaro de Zamora


Oh, Beato de Álvaro de Zamora,
vos, sois el hijo del Dios de la vida,
y su amado santo, y que, célebre
os hicisteis por vuestro predicar
y por la contemplación de la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo. Vuestras
obras y ardorosa predicación, más
vuestro ejemplo y obras, a la reforma
contribuyeron de la Orden. Os impactó
el camino al calvario en Tierra Santa,
y por deseoso de vivir una existencia
en soledad y perfección, fundasteis
el obervante convento de Sto. Domingo
Escalaceli, en cuyos oratorios “la
vía dolorosa” se reproducía, por vos,
venerada en Jerusalén. Además, con vos,
origen se dio a la devoción de la “Vía
Crucis”. Y, vos, a imitación de vuestro
Padre Domingo, orabais y os flagelabais,
convirtiéndose con el tiempo, en meta
de las peregrinaciones para los fieles.
Poseíais el don de profecía y obrasteis
muchos milagros. Llegado el tiempo
de partir, vuestra alma entregasteis
al Padre, quien, os premió con corona
de luz eterna, como justa retribución
a vuestro amor e incréible esperanza;
Oh, Beato Álvaro de Zamora “luz”.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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19 de Febrero
Beato Álvaro de Zamora de Córdoba
Predicador Dominico


Martirologio Romano: En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430).

Etimológicamente Álvaro = Aquel que es el defensor de todos, es de origen germánico.
Fecha de beatificación: El Papa Benedicto XIV, aprobó su culto el 22 de septiembre de 1741.
Álvaro de Córdoba, el beato, nació a mediados del siglo XIV, en Zamora (1360?) y murió en Córdoba el año 1430. Perteneció a la noble familia Cardona.

Entró en el convento dominico de S. Pedro en Córdoba, en el año 1368. Fue un famoso y ardiente predicador, y con su ejemplo y sus obras, contribuyó a la reforma de la Orden, iniciada por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos.

Después de volver de una peregrinación a Tierra Santa, quedó impactado en el corazón por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por nuestro Salvador.

Deseoso de vivir una existencia en soledad y perfección, donde poder templar el espíritu para un apostolado más provechoso, con el favor del rey D. Juan II de Castilla, del que era su confesor, pudo fundar a tres millas de Córdoba el famoso y observante convento de Sto. Domingo Escalaceli (Escalera del Cielo), donde había varios oratorios que reproducían la “vía dolorosa”, por él venerada en Jerusalén. Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos, dando origen a la devoción tan bella del “Vía Crucis”, apreciadísima en la piedad cristiana.

De noche, se retiraba a una gruta distante del convento donde, a imitación de su Sto. Padre Domingo, oraba y se flagelaba. Con el tiempo, ésta se convirtió en meta de peregrinaciones para los fieles. Poseía el don de profecía y obró milagros.

Murió el 19 de febrero de 1430 y fue sepultado en su convento.

(http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=8315)

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