Oh, Beata Ana de los Ángeles Monteagudo, vos,
sois la hija del Dios de la vida y su amada santa y
que, perteneciendo a la Orden de Predicadores,
con vuestros dones de consejo y de profecía os
dedicasteis a promover el bien de toda vuestra
ciudad. Vos, conforme a las costumbres de la época,
internada por vuestros padres en el monasterio
de Santa Catalina fuisteis, y más tarde, retirada
por ellos mismos, para vivir en el “mundo”, donde
rechazasteis la vida matrimonial. Pero, en vos, ardía
desde siempre, las ansias de haceros religiosa. Y,
así fue, pues lo pusisteis en práctica ante la reacción
de vuestros padres, soportando con paciencia y
ánimo, todas las contrariedades que ello significaba
y emprendisteis la senda de la perfección, añadiendo
a vuestro nombre el apelativo “de los Ángeles”.
La vida conventual no os arredra y viviendo con
Amor y entusiasmo el ideal de Domingo de Guzmán
y de Catalina de Siena, os abrazasteis a la Cruz de
Cristo. Vuestra santa vida os catapultó para ser
Maestra de novicias y más tarde Priora. Vos, os
empeñasteis con energía y a la vez entusiasmo la
reforma de vuestro monasterio, amonestando y
corrigiendo, animando y promoviendo el amor a
Cristo de todas vuestras hermanas, en medio de
de obstáculos, pues no todas estaban imbuidas
del deseo de perfección. En medio de ello, pudo
más vuestro sentido caritativo, pues socorristeis
de manera, abnegada y heroica a las víctimas
de la peste, que azotó Arequipa. Vos, orabais
constantemente, y cada cosa que hacíais estaba
de perfección llena. Vuestras virtudes religiosas,
las ejercíais con serenidad y mostrabais paciencia
en los sufrimientos con que Dios os probaba. Y,
así, rodeada de vuestras hermanas, voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona de luz
con justo permio a vuestra entrega grande de amor;
oh, Beata Ana de los Ángeles Monteagudo, “luz”.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Enero
Beata Ana de los Ángeles Monteagudo
Dominica
Por: Fuente: ACI Prensa
Martirologio Romano: En la ciudad de Arequipa, en Perú, beata Ana
de los Ángeles Monteagudo, virgen de la Orden de Predicadores, que con
sus dones de consejo y profecía se dedicó a promover el bien de toda la
ciudad (1686).
Fecha de beatificación: 2 de febrero de 1985 por el Papa Juan Pablo II.
Nació en Arequipa el 26 de julio de 1602, hija del español Sebastián
Monteagudo de la Jara y de la arequipeña Francisca Ponce de León.
Conforme a costumbres de la época, Ana fue internada por sus padres en el monasterio de Santa Catalina.
Vuelta al hogar por decisión de sus padres, no le satisfacieron los
halagos del mundo ni las perspectivas de un ventajoso matrimonio.
Deseaba hacerse religiosa y lo puso en práctica ante la indignada reacción de sus padres.
Soportó con paciencia y ánimo invicto las contrariedades y emprendió la senda de la perfección.
En 1618 inicia el noviciado y añade a su nombre el apelativo “de los Ángeles”.
La aspereza de la vida conventual no la arredra. Vive con entusiasmo el ideal de Domingo de Guzmán y de Catalina de Siena.
Con el tiempo llega a ser Maestra de novicias y Priora (1647).
Acomete con energía la reforma del monasterio. Amonesta y corrige,
anima y promueve. Además de las profesas, habitaban por esa época en el
monasterio cerca de 300 personas, no todas imbuidas del deseo de
perfección.
La obra de Ana de los Ángeles chocó con oposiciones tenaces. Sor Ana
atendió asimismo, abnegada y heroicamente, a las víctimas de una peste
que azotó Arequipa.
Tuvo altísima oración, esmerada perfección en las virtudes propias de
la vida religiosa, serenidad y paciencia en los sufrimientos.
Falleció el 10 de enero de 1686 y fue Beatificada en Arequipa por Juan Pablo II en 1985.
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