Santo del NT
fecha: 3 de octubre
fecha en el calendario anterior: 9 de octubre
†: s. I – país: Grecia
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
fecha: 3 de octubre
fecha en el calendario anterior: 9 de octubre
†: s. I – país: Grecia
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
Conmemoración de san Dionisio Areopagita, que se adhirió a Cristo al
escuchar al apóstol san Pablo hablando ante el Areópago, y fue primer
obispo de Atenas.
refieren a este santo: San Dionisio de París y compañeros, San Publio de Atenas
refieren a este santo: San Dionisio de París y compañeros, San Publio de Atenas
Cuenta Hechos de los Apóstoles (17,34) que, después del discurso de
San Pablo en el Areópago (o Consejo) de Atenas, «algunos hombres se
adhirieron a él y creyeron, entre ellos Dionisio Areopagita, una mujer
llamada Damaris y algunos otros con ellos». Es evidente por la redacción
que este Dionisio es alguien conocido para la comunidad a la que se
dirige Hechos, asimismo el apelativo de «Areopagita» hace pensar en que
podría haber sido él mismo un miembro del Consejo de la ciudad, aunque
también puede ser que simplemente la comunidad cristiana lo identificara
así por ser el discurso en el Areópago la ocasión de su conversión.
Eusebio de Cesarea (Hist. Ecl. III,4,10) cuenta que Dionisio de
Corinto afirma que este Dionisio Areopagita fue el primer obispo de
Atenas. Así lo recoge el Martirologio más antiguo, y lo ha restaurado el
actual. A su vez san Sofronio de Jerusalén y otros afirman que fue
mártir, pero este dato parece menos probable, y de hecho no se lo venera
como tal en la actualidad.
Durante siglos hubo confusión entre este Dionisio nombrado en el NT y
otros santos homónimos posteriores; en particular, al menos desde el
siglo IX al XV se identificó al Areopagita con san Dionisio de París,
mártir en el año 270. Esta identificación no es correcta, pero en muchos
santorales, incluso actuales, figura.
Además de la importancia que tienen para los inicios de nuestra fe
todos los personajes nombrados en el NT, y en especial, naturalmente,
los santos, Dionisio Areopagita ganó -sin haberlo pretendido- un lugar
en la teología cristiana, ya que un autor anónimo muy posterior,
posiblemente del siglo V o VI, de Siria o Egipto, escribió varios
tratados de teología y algunas cartas, donde utilizó para sí mismo el
nombre de Dionisio Areaopagita, por el procedimiento, harto común en la
antigüedad, de la pseudoepigrafía, es decir, de firmar con el nombre de
una autoridad, generalmente para resaltar el valor del escrito, o para
incluirlo en una tradición o escuela determinada. El hecho de que este
autor anónimo haya firmado como el Areopagita dio durante siglos valor
casi apostólico a los escritos, por la (supuesta) estrecha vinculación
con san Pablo. La simulación se sospechó casi desde el primer momento, y
desde hace siglos que está fuera de toda duda, pero de todos modos los
cuatro tratados místicos -en particular el dedicado a los nombres
divinos- de este teólogo, al que a falta de mejor nombre se conoce como
«Pseudo Dionisio Areopagita», ejercieron una influencia de primer orden
en la teología medieval, y aun en la del siglo XX han sido de nuevo
valorados y difundidos.
La fuente sobre el auténtico Dionisio Areopagita es, fuera del NT,
casi exclusivamente Eusebio de Cesarea, en el pasaje citado. Lo demás
que se refiere a Dionisio Areopagita tiene relación con el problema de
la pseudoepigrafía, y por tanto con el Pseudo Dionisio, o con la
identificación con san Dionisio de París. El santo tiene bastante
iconografía en Oriente, pero naturalmente que sobre el supuesto de que
es el autor místico. Hay una hermosa catequesis de Benedicto XVI en su
serie dedicada a los padres y teólogos de la antigüedad cristiana, pero
se refiere, como es lógico, al Pseudo Dionisio, no al que rememoramos
hoy
Abel Della Costa
Abel Della Costa
(http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=3604)
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