¡Oh!, San Juan Pablo II, vos sois el hijo de Dios de la vida
su amado Papa, y santo. Erais el más pequeño de tres hijos
su amado Papa, y santo. Erais el más pequeño de tres hijos
de Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska, y ella, vuestra
madre, vuestro hermano mayor Edmund y vuestro padre,
fallecieron cuando vos, vivíais. Vuestra hermana Olga,
murió antes de que nacierais vos. Felizmente, bautizado
fuisteis y, a los nueve años, hicisteis la Primera Comunión,
y a los dieciocho, recibisteis la Confirmación. Y, así,
pudisteis terminar vuestros estudios en la escuela Marcin
Wadowita de Wadowice, y luego os matriculasteis en la
Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela
de teatro. Cuando los nazis, la Universidad, cerraron, vos,
tuvisteis que trabajar en una cantera y luego en una
fábrica química para ganaros la vida y evitar deportado
ser a Alemania. Cuando Dios, os llamó al sacerdocio,
seguisteis las clases de formación del seminario clandestino
de Cracovia, y desde allí, hicisteis de promotor del “Teatro
Rapsódico”. Después de la segunda guerra mundial,
continuasteis vuestros estudios, en el Seminario Mayor
de Cracovia en la Facultad de Teología de la Universidad
Jagellónica, hasta que alcanzasteis vuestra ordenación
Sacerdotal y, seguidamente enviado fuisteis a Roma, donde
os doctorasteis en Teología, con una tesis sobre el tema
de “La fe en las obras de San Juan de la Cruz”. En plenas
vacaciones, ejercisteis vuestro ministerio pastoral entre
los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.
De vuelta a Polonia, fuisteis vicario en diversas parroquias
de Cracovia y capellán de los universitarios. En la Universidad
Católica de Lublin sustentasteis la tesis titulada “Valoración
de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base
del sistema ético de Max Scheler”. Después, profesor
de Teología Moral y Etica Social, en el Seminario Mayor
de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.
Nombrado por Pío XII, hicisteis de Obispo titular de Olmi y
Auxiliar de Cracovia, recibiendo la ordenación episcopal
en la catedral del Wawel, de manos del Arzobispo Eugeniusz
Baziak. Luego, os nombraron Arzobispo de Cracovia por Pablo
VI, quien os hizo cardenal, con el título de “San Cesareo en
de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base
del sistema ético de Max Scheler”. Después, profesor
de Teología Moral y Etica Social, en el Seminario Mayor
de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.
Nombrado por Pío XII, hicisteis de Obispo titular de Olmi y
Auxiliar de Cracovia, recibiendo la ordenación episcopal
en la catedral del Wawel, de manos del Arzobispo Eugeniusz
Baziak. Luego, os nombraron Arzobispo de Cracovia por Pablo
VI, quien os hizo cardenal, con el título de “San Cesareo en
Palatio”, Diaconía elevada “pro illa vice” a título presbiteral.
Participasteis en el Concilio Vaticano II contribuyendo
en la elaboración de la constitución “Gaudium et spes”, y,
tomasteis parte en las cinco asambleas del Sínodo de los
Obispos anteriores a vuestro pontificado. Los cardenales
reunidos en Cónclave os eligieron Papa, y tomasteis el nombre
de Juan Pablo II y el veintidós de octubre comenzasteis
solemnemente vuestro ministerio petrino, como el doscientos
sesentaitrés sucesor del Apóstol Pedro. Os dedicasteis, a
vuestro ministerio con incansable espíritu misionero, dedicando
os todas vuestras energías, movido por la “sollicitudo omnium
Ecclesiarum” y por la caridad abierta a toda la humanidad. Más
que todos vuestros predecesores os encontrasteis con el pueblo
de Dios y con los jefes de estado de las naciones del mundo.
Vuestro amor a los jóvenes os impulsó a iniciar las Jornadas
Mundiales de la Juventud. Además, vuestra atención hacia
la familia, forjó, los encuentros mundiales de las familias.
Promovisteis el diálogo con los judíos y con los representantes
de las demás religiones, convocándolos a encuentros de oración
por la paz, especialmente en Asís. Bajo vuestra guía, la Iglesia
se acercó al milenio tercero, y, celebrasteis el Gran Jubileo
del año dos mil, con vuestra carta apostólica “Tertio millennio
adveniente” y os asomasteis a la nueva época, tal y conforme
lo habíais escrito en la carta apostólica “Novo millennio ineunte”,
exhortando a la grey del Señor, a seguir el camino del tiempo
futuro. Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año
de la Eucaristía, promovisteis la renovación espiritual de la Iglesia.
Proclamasteis a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia.
Sor Faustina es beatificada y canonizada por vos, y declarasteis
que el segundo domingo de Pascua como el “Domingo de la
Misericordia Divina” en el mundo entero y además, establecisteis
que el “Domingo de la Misericordia Divina” sea enriquecido
con la indulgencia plenaria. Ampliasteis el Colegio cardenalicio,
además, convocasteis seis reuniones plenarias del mismo.
Presidisteis las Asambleas del Sínodo de los obispos, escribisteis
Encíclicas, Exhortaciones apostólicas, Constituciones apostólicas
y Cartas apostólicas. Promulgasteis el Catecismo de la Iglesia
Católica, a la luz de la Revelación, del Concilio Vaticano II.
Reformasteis el Código de Derecho Canónico y el Código
reunidos en Cónclave os eligieron Papa, y tomasteis el nombre
de Juan Pablo II y el veintidós de octubre comenzasteis
solemnemente vuestro ministerio petrino, como el doscientos
sesentaitrés sucesor del Apóstol Pedro. Os dedicasteis, a
vuestro ministerio con incansable espíritu misionero, dedicando
os todas vuestras energías, movido por la “sollicitudo omnium
Ecclesiarum” y por la caridad abierta a toda la humanidad. Más
que todos vuestros predecesores os encontrasteis con el pueblo
de Dios y con los jefes de estado de las naciones del mundo.
Vuestro amor a los jóvenes os impulsó a iniciar las Jornadas
Mundiales de la Juventud. Además, vuestra atención hacia
la familia, forjó, los encuentros mundiales de las familias.
Promovisteis el diálogo con los judíos y con los representantes
de las demás religiones, convocándolos a encuentros de oración
por la paz, especialmente en Asís. Bajo vuestra guía, la Iglesia
se acercó al milenio tercero, y, celebrasteis el Gran Jubileo
del año dos mil, con vuestra carta apostólica “Tertio millennio
adveniente” y os asomasteis a la nueva época, tal y conforme
lo habíais escrito en la carta apostólica “Novo millennio ineunte”,
exhortando a la grey del Señor, a seguir el camino del tiempo
futuro. Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año
de la Eucaristía, promovisteis la renovación espiritual de la Iglesia.
Proclamasteis a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia.
Sor Faustina es beatificada y canonizada por vos, y declarasteis
que el segundo domingo de Pascua como el “Domingo de la
Misericordia Divina” en el mundo entero y además, establecisteis
que el “Domingo de la Misericordia Divina” sea enriquecido
con la indulgencia plenaria. Ampliasteis el Colegio cardenalicio,
además, convocasteis seis reuniones plenarias del mismo.
Presidisteis las Asambleas del Sínodo de los obispos, escribisteis
Encíclicas, Exhortaciones apostólicas, Constituciones apostólicas
y Cartas apostólicas. Promulgasteis el Catecismo de la Iglesia
Católica, a la luz de la Revelación, del Concilio Vaticano II.
Reformasteis el Código de Derecho Canónico y el Código
de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizasteis la Curia
Romana. Publicasteis cinco libros como doctor privado: “Cruzando
el umbral de la esperanza”; “Don y misterio: en el quincuagésimo
aniversario de mi ordenación sacerdotal”; “Tríptico romano”;
“Meditaciones”, libro de poesías; “¡Levantaos! ¡Vamos!” y
“Memoria e identidad”. Y, así, después de haber gastado vuestra
santa vida en buena lid, voló vuestra alma al cielo para coronada
ser, con justicia con corona de luz, como premio a vuestro amor;
¡oh!, San Juan Pablo II, “Cristo vivo del amor y la esperanza”.
el umbral de la esperanza”; “Don y misterio: en el quincuagésimo
aniversario de mi ordenación sacerdotal”; “Tríptico romano”;
“Meditaciones”, libro de poesías; “¡Levantaos! ¡Vamos!” y
“Memoria e identidad”. Y, así, después de haber gastado vuestra
santa vida en buena lid, voló vuestra alma al cielo para coronada
ser, con justicia con corona de luz, como premio a vuestro amor;
¡oh!, San Juan Pablo II, “Cristo vivo del amor y la esperanza”.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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21 de Octubre
San Juan Pablo II
Papa
San Juan Pablo II
Papa
CCLXIV Papa
Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, san
Juan Pablo II, Papa, que gobernó la Iglesia por veintisiete años,
llevando su presencia misionera a todos los puntos de la tierra,
alimentando la doctrina con abundantes y esclarecidos documentos, y
convocando a todos los hombres de nuestra época a abrir sus puertas al
Redentor. († 2005)
Ciudad del Vaticano, 26 abril 2014 (VIS).- Karol Józef Wojtyla,
conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de
1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18
de mayo de 1920. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojty?a y
Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund
(médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su
hermana Olga murió antes de que naciera él.
Fue bautizado por el sacerdote Franciszek Zak el 20 de junio de 1920
en la Iglesia parroquial de Wadowice; a los 9 años hizo la Primera
Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de
enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, se matriculó
en 1938 en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de
teatro.
Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en
1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una
fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a
Alemania.
A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las
clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por
el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo,
fue uno de los promotores del “Teatro Rapsódico”, también clandestino.
Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario
mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de
la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia
el 1 de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo Sapieha.
Seguidamente fue enviado a Roma, donde, bajo la dirección del
dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en teología, con
una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz
(Doctrina de fide apud Sanctum Ioannem a Cruce). En aquel período
aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los
emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.
En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de
Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus
estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad
Católica de Lublin una tesis titulada “Valoración de la posibilidad de
fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max
Scheler”. Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social
en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de
Lublin.
El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo titular de Olmi
y Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de
septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de manos del
Arzobispo Eugeniusz Baziak.
El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo
VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967, con el título de San
Cesareo en Palatio, Diaconía elevada pro illa vice a título presbiteral.
Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una
contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et
spes, el Cardenal Wojtyła tomó parte en las cinco asambleas del Sínodo
de los Obispos anteriores a su pontificado.
Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de
octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre
comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol
Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la
Iglesia y ha durado casi 27 años.
Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu
misionero, dedicando todas sus energías, movido por la “sollicitudo
omnium Ecclesiarum” y por la caridad abierta a toda la humanidad.
Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de
este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333
parroquias romanas.
Más que todos sus predecesores se encontró con el pueblo de Dios y
con los responsables de las naciones: más de 17.600.000 peregrinos
participaron en las 1166 Audiencias Generales que se celebran los
miércoles. Ese numero no incluye las otras audiencias especiales y las
ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran
Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa encontró
durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del
mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno
con las que se entrevistó durante las 38 visitas oficiales y las 738
audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y
encuentros con Primeros Ministros.
Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas
Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo
largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el
mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con
los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.
Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los
representantes de las demás religiones, convocándolos en varias
ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís.
Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el
Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta
apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva
época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio
ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro.
Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia.
Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar
innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a
los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación
-en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de
482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la
Iglesia.
Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales
(más uno “in pectore”, cuyo nombre no se hizo público antes de su
muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del
colegio cardenalicio.
Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales
ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general
extraordinaria (1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998
(2) y 1999).
Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15
Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas
apostólicas.
Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la
Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II.
Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las
Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana.
Publicó también cinco libros como doctor privado: “Cruzando el umbral
de la esperanza” (octubre de 1994);”Don y misterio: en el quincuagésimo
aniversario de mi ordenación sacerdotal” (noviembre de 1996); “Tríptico
romano – Meditaciones”, libro de poesías (marzo de 2003); “¡Levantaos!
¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (febrero de 2005).
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras
concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y
domingo de la Misericordia Divina.
Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las
exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos
rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola
para poder acceder a la basílica de San Pedro.
El 28 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de
cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de
beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió
oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis
de Roma, el 28 de junio de 2005.
El Papa Benedicto XVI lo beatificó el 1 de mayo de 2011.
El Santo Padre Francisco lo canonizó, junto a Juan XXIII, el 27 de abril del 2014.
El Santo Padre Francisco lo canonizó, junto a Juan XXIII, el 27 de abril del 2014.
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