¡Oh!, San
Clemente, vos sois el hijo del Dios de la vida,
que
mantuvisteis vuestra fe, hasta el final de vuestros
días. Vos,
fuisteis el tercer sucesor de San Pedro, y
gobernasteis
la Iglesia desde el año noventaitrés
hasta
el ciento
uno. El año noventaiséis, una carta
escribisteis
a Los
Corintios, con sabios y muy espirituales consejos
en el que
les recomendabais obedecer siempre al Pontífice
de Roma. Por
Él, convertisteis a los paganos de vuestro
tiempo y les
regalasteis, ríos de agua viva, aquella que
jamás sed
produce en sus almas: “El que se conserva
puro no se
enorgullezca por ello, porque la pureza es
un regalo
gratuito de Dios y no una conquista nuestra”.
Así, y
conservándoos de esa admirable forma, fuisteis
martirizado,
por cristiano ser, desterrado por el Trajano
emperador, a
Crimea y condenado a trabajos forzados a
picar piedra
con otros dos mil cristianos y ellos os decían:
“Ruega por
nosotros Clemente, para que seamos dignos
de las
promesas de Cristo”. San Ireneo, dice que vos,
visteis a
los santos apóstoles Pedro y Pablo y hablasteis
con ellos.
En Crimea convertisteis a muchos paganos y
los
bautizasteis, pero, los obreros de la mina donde
vos
trabajabais, de sed sufrían, y orasteis con mucha fe y
de pronto
milagro divino: apareció allí muy cerca de vos
una fuente
de agua cristalina. Y la gente, creyó más y
os permitió
conseguir muchas conversiones más. Un
día os
exigieron adorar a júpiter y vos, os negasteis y
que sólo,
adorabais al verdadero Dios, entonces sin más
arrojado
fuisteis al mar, y para que los cristianos no
pudieran
vuestro cadáver venerar, os ataron al cuello,
un hierro
pesado, pero una gran ola devolvió vuestro
cadáver a la
orilla. Y, otro milagro, más adelante San Cirilo
y San
Metodio llevaron vuestros restos santos a Roma
los mismos,
recibidos fueron con gran solemnidad y
hasta hoy,
se conservan. Así, marchó al cielo vuestra
alma, que
coronada fue con corona de luz, como justo
premio a
vuestra entrega increíble de amor, fe y esperanza;
¡oh!, San
Clemente; “vivo mártir de la luz de Cristo Jesús”.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
________________________________
23 de
Noviembre
San Clemente
Papa
Año 101
Oremos por nuestro actual Pontífice, para que a imitación de San
Clemente y los demás Pontífices santos que ha tenido la Iglesia Católica,
continúe guiando sabiamente a los que seguimos la santa religión de Cristo.
Cuando los persigan no tengáis temor porque el Espíritu Santo hablará
por vosotros (Jesucristo).
San Clemente fue el tercer sucesor de San Pedro (después de Lino y
Cleto) y gobernó a la Iglesia desde el año 93 hasta el 101. El año 96 escribió
una carta a Los Corintios, que es el documento Papal más antiguo que se conoce
(Después de las cartas de San Pedro). En esa carta da muy hermosos consejos, y
recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma (Entre otras cosas dice: “el
que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo
gratuito de Dios y no una conquista nuestra”.
Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al
sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil
cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: “Ruega por nosotros
Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo”.
San Ireneo (que vivió en el siglo segundo) dice que Clemente vio a los
santos apóstoles Pedro y Pablo y trató con ellos. Las Actas antiguas añaden que
allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó. Los obreros de la
mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana
estaba a diez kilómetros de distancia. El santo oró con fe y apareció allí muy
cerca una fuete de agua cristalina. Esto le dio más fama de santidad y le
permitió conseguir muchas conversiones más.
Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que
no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los
cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro
pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla. San Cirilo y San
Metodio llevaron a Roma en el año 860 los restos de San Clemente, los cuales
fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna, y allá se conservan.
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Clemente.htm)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario