Genealogía del Salvador
Adviento
Adviento
Mateo 1, 1-17.
Dios se hace más presente en mi corazón si lo recibo con la mejor disposición.
Por: José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-17
Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, Judá engrendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engrendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David. David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
Oración introductoria
Dios mío, en estos días cercanos a la Navidad te suplico me concedas la gracia de orar con profundidad para contemplar y saber agradecer el gran misterio de la Encarnación de tu Hijo.
Petición
Señor, dame la gracia de mantener siempre viva la disposición de reconocerte y seguirte, con totalidad y desinterés.
Meditación del Papa Francisco
Una vez oí que alguien decía: ‘¡Esta cita del Evangelio parece la
lista telefónica!’ Y no, es otra cosa: esta cita del Evangelio es
historia y tiene un argumento importante. Es pura historia porque como
decía san León Papa, Dios ha enviado a su Hijo. Y Jesús es consustancial
al Padre, Dios, pero también consustancial a la Madre, una mujer. Y
esta es la consustancialidad de la Madre. Dios se ha hecho historia.
Dios se ha querido hacer historia. Está con nosotros. Ha hecho el camino
con nosotros.
Después del primer pecado en el paraíso Él tuvo esta idea: hacer el
camino con nosotros. Ha llamado a Abraham, el primer nombrado en esa
lista y lo invitó a caminar. Y Abraham comenzó ese camino. Después
Isaac, Jacob, Judá. Así va este camino en la historia. Dios camina con
su pueblo. Dios no ha querido venir a salvarnos sin historia. Él ha
querido hacerse historia con nosotros. Una historia que va de la
santidad al pecado. En esta lista hay santos, pero también hay
pecadores. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 17 de diciembre 2013, en Santa
Marta).
Reflexión
¿Quién no recuerda el reloj -aquel calendario en lo alto de la Torre
Eiffel- anunciando los días y las horas que restaban para el fin de
siglo y de milenio? Y cada vez que se lanza un nuevo cohete espacial se
produce una “cuenta atrás” que es seguida por cientos de personas que
han trabajado durante meses, quizás años en el proyecto.
Son ejemplos que pueden servirnos para hablar de la “cuenta atrás”
por excelencia en la historia entre Dios y los hombres. La genealogía de
Jesús es un resumen, hora a hora, del tiempo desde la creación, en su
ir transcurriendo hasta llegar a “su plenitud”. La hora “cero”, la hora
de Jesús el Mesías había llegado y los evangelistas, como buenos
reporteros, nos la ilustran.
Hay que poner los relojes en “hora” para celebrar en su justo momento
el final de una cuenta atrás. Pero, ¿a que nos sirve a nosotros que
hemos venido después del gran advenimiento de la venida del Señor? No
olvidemos que el Señor ha de volver. Tan clara era esta conciencia de la
segunda venida de Jesucristo, que muchos de los primeros discípulos
creían que era algo inminente. Han pasado más de dos mil años y
“esperamos su gloriosa venida” que se producirá al final de los tiempos.
Mientras tanto, la vida litúrgica, año a año, nos ofrece la posibilidad
de revivir esta “cuenta atrás” en la vivencia de los misterios de la
vida de Jesucristo, sobre todo de su nacimiento, pasión y resurrección –
ascensión a los cielos. No es un mero recordatorio, como podrían ser la
celebración de un cumpleaños o aniversario. Porque la presencia real de
Jesucristo entre nosotros nos introduce en el misterio del tiempo y de
la eternidad. Y en cada celebración eucarística se tiende un puente
estas dos dimensiones.
Dios se hace más presente en mi corazón si lo recibo con mejores
disposiciones, si soy más consciente que Él viene esta Navidad, que
sufre en su Pasión, y al fin Resucita glorioso. La liturgia es un medio
maravilloso para vivir profundamente este misterio por el que cada uno
puede renovar con Jesús aquello mismo que sucedió hace dos milenios. No
hay tiempo para Dios.
Nuestras “cuenta atrás” para esta Navidad, por ejemplo, serán únicas,
no habrá otra igual… porque es por dentro, en el reloj de nuestras
almas, donde se marca el pulso de nuestro tic-tac de cara a Dios.
Propósito
Hacer una oración especial por la unión de la familia.
Diálogo con Cristo
Señor, Tú viniste al mundo, creciste y te preparaste para tu
misión en una familia. Concédeme tu gracia para saber sembrar armonía,
comprensión, perdón, apoyo mutuo, generosidad, alegría y paz en mi
propia familia, siguiendo el ejemplo de tu padre san José y de tu madre
María.
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