¡Oh!, San Sebastián, vos, sois el hijo del Dios de la vida y
su amado santo. Vos, que piadoso erais desde siempre,
entrasteis a la milicia, para ayudar a los cristianos que
prisioneros estaban por causa de su fe en Cristo. Se cuenta
que, una vez, un mártir estaba desanimándose a serlo
por las lágrimas de sus familiares, pero vos, lo animasteis a
dar su vida por Jesucristo, logrando su glorioso martirio.
Vos, que Capitán erais de la Guardia en el Palacio Imperial
en Roma, aprovechabais, vuestro cargo para ayudar a
los cristianos perseguidos en sus necesidades con mucho
esmero y amor, hasta que, un día os descubrieron y fuisteis
denunciado ante Maximino, emperador, por ser cristiano.
Y éste, os llamó y os tentó ascenderos si dejabais a Cristo,
o caso contrario, ser degradado y ser condenado a morir
atravesado por flechazos. Pero, vos, lleno de valor y seguro
en Cristo, desechasteis tal oferta, y os declarasteis su seguidor
hasta el último momento de vuestra vida. Al oír ello, y de ira
lleno, ordenó vuestra muerte. Y, así, vuestra alma voló al cielo,
para recibir corona de luz, como justo premio, por vuestra
persistencia en la fe y el amor a Cristo. Y, en Roma, testigo
de vuestro valor y lealtad a Cristo, os, levantaron una basílica
en vuestro su honor. Y, vuestro santo nombre es invocado
por siglos, como su santo Patrono contra las envenenadas
flechas y para librarse de cientos de plagas y enfermedades,
Santo Patrono de los arqueros, los soldados y los atletas;
¡oh!, San Sebastián, “viva luz venerable del amor a Cristo”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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20 de Enero
San Sebastián
Capitán Romano
Mártir
Año 300
San Sebastián
Capitán Romano
Mártir
Año 300
Se dice de él que entró a la vida militar para poder ayudar a los
cristianos que estaban prisioneros. Una vez un mártir estaba para
desanimarse a causa de las lágrimas de sus familiares, pero el militar
Sebastián lo animó a ofrecer su vida por Jesucristo, y así aquel
creyente obtuvo el glorioso martirio.
Dicen los antiguos documentos que Sebastián era Capitán de la Guardia
en el Palacio Imperial en Roma, y aprovechaba ese cargo para ayudar lo
más posible a los cristianos perseguidos.
Pero un día lo denunciaron ante el emperador por ser cristiano.
Maximino lo llamó y lo puso ante la siguiente disyuntiva: o dejar de ser
cristiano y entonces ser ascendido en el ejército, o si persistía en
seguir creyendo en Cristo ser degradado de sus cargos y ser atravesado a
flechazos. Sebastián declaró que sería seguidor de Cristo hasta el
último momento de su vida, y entonces por orden del emperador fue
atravesado a flechazos.
En Roma le levantaron desde muy antiguos tiempos una basílica en su
honor. Ha sido invocado por muchos siglos como su Patrono contra las
flechas envenenadas y para librarse de plagas y enfermedades. San
Ambrosio pronunció hermosos sermones acerca de San Sabastián. Es patrono
de los arqueros, los soldados y los atletas. El nombre «Sebastián”
significa: «Digno de respeto. Venerable”.
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