¡Oh!, Santa Cecilia, vos, sois la hija del Dios
de la vida, y su amada santa, y, que por más de mil
años habéis sido venerada en la Iglesia Católica.
Vos, que pertenecíais a una notable familia romana,
acostumbrabais vestir una túnica de tela áspera y
consagrasteis a Dios, vuestra su virginidad. Vuestros
padres os comprometieron en matrimonio con un joven
llamado Valeriano, pero vos, le dijisteis a vuestro
prometido, que vos, habíais hecho voto de virginidad
y que, si él quería ver al ángel de Dios, debía hacerse
cristiano. Y, Valeriano se hizo instruir por el Papa
Urbano y fue bautizado. Luego vos y Valeriano, a
Tiburcio, convencieron para que cristiano se hiciera
y así fue. Vos, veíais a vuestro ángel de la guarda a
menudo. Para entonces, el alcalde de Roma, Almaquio,
había prohibido sepultar a los cristianos, pero,
Valeriano y Tiburcio se dedicaron a sepultar todos
los cadáveres de cristianos que encontraban y por ello,
fueron arrestados y llevados ante el alcalde, éste
les pidió que declararan que adoraban a Júpiter y ellos
le dijeron que solo con el Dios de la Vida, lo harian
y entonces fueron azotados y les dieron muerte. Con
ella, estos mártires animaron a los cristianos de Roma
a sufrir con gusto los suplicios y jamás, ser infieles
a la santa religión. Luego, os arrestaron a vos, y exigieron
que renunciarais a vuestra religión, declarando que vos
preferíais la muerte, antes de abdicar de Cristo, y os
llevaron junto a un horno, para tratar de sofocaros
con el calor y los gases, pero, en vez de asfixiaros
vos, cantabais gozosa y feliz, cánticos de gloria a Dios.
Y, así, el cruel Almaquio, mandó que os cortaran vuestra
cabeza. Antes de morir, pedisteis a Urbano Papa, que
convirtiera vuestra casa en un templo de oración. Y,
así, voló vuestra alma al cielo, para coronada ser de luz,
Santa Patrona de todos los Músicos del orbe de la tierra;
¡oh!, Santa Cecilia, “viva virgen mártir y cantora de Dios”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
______________________________________
22 de Noviembre
Santa Cecilia
Mártir
Año 177
Santa Cecilia bendita, dile a Dios que también nosotros prefiramos mil muertes antes que ser infieles a nuestra santa religión. No ofendas a nadie ni en mucho ni en poco (S. Biblia Ecl. 5, 15).
Por más de mil años Santa Cecilia ha sido muy venerada en la Iglesia Católica. Una tradición muy antigua dice que pertenecía a una de las principales familias de Roma, que acostumbraba vestir una túnica de tela muy áspera y que había consagrado a Dios su virginidad. Sus padres la comprometieron en matrimonio con un joven llamado Valeriano, pero Cecilia le dijo a éste que ella había hecho voto de virginidad y que si él quería ver al ángel de Dios debía hacerse cristiano. Valeriano se hizo instruir por el Papa Urbano y fue bautizado. Luego entre Cecilia y Valeriano convencieron a Tiburcio, el hermano de éste, y lograron que también se hiciera cristiano.
Las historias antiguas dicen que Cecilia veía a su ángel de la guarda. El alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar los cadáveres de los cristianos. Pero Valeriano y Tiburcio se dedicaron a sepultar todos los cadáveres de cristianos que encontraban. Por eso fueron arrestados. Llevados ante el alcalde, éste les pidió que declararan que adoraban a Júpiter. Ellos le dijeron que únicamente adoraban al verdadero Dios del cielo y a su Hijo Jesucristo. Entonces fueron ferozmente azotados y luego les dieron muerte.
Los dos santos mártires animaban a los demás cristianos de Roma a sufrir con gusto todos los horrores, con tal de no ser infieles a la santa religión. En seguida la policía arrestó a Cecilia y le exigió que renunciara a la religión de Cristo. Ella declaró que prefería la muerte antes que renegar de la verdadera religión. Entonces fue llevada junto a un horno caliente para tratar de sofocarle con los terribles gases que salían de allí, pero en vez de asfixiarse ella cantaba gozosa (quizás por eso la han nombrado patrona de los músicos).
Visto que con este martirio no podían acabar con ella, el cruel Almaquio mandó que le cortaran la cabeza. La santa, antes de morir le pidió al Papa Urbano que convirtiera su hermosa casa en un templo para orar, y así lo hicieron después de su martirio. Antes de morir, había repartido todos sus bienes entre los pobres.
En 1599 permitieron al escultor Maderna ver el cuerpo incorrupto de la santa y él fabricó una estatua en mármol de ella, muy hermosa, la cual se conserva en la iglesia de Santa Cecilia en Roma. Está acostada de lado y parece que habla. En Roma había ya en el año 545 un templo dedicado a esta gran Santa.
de la vida, y su amada santa, y, que por más de mil
años habéis sido venerada en la Iglesia Católica.
Vos, que pertenecíais a una notable familia romana,
acostumbrabais vestir una túnica de tela áspera y
consagrasteis a Dios, vuestra su virginidad. Vuestros
padres os comprometieron en matrimonio con un joven
llamado Valeriano, pero vos, le dijisteis a vuestro
prometido, que vos, habíais hecho voto de virginidad
y que, si él quería ver al ángel de Dios, debía hacerse
cristiano. Y, Valeriano se hizo instruir por el Papa
Urbano y fue bautizado. Luego vos y Valeriano, a
Tiburcio, convencieron para que cristiano se hiciera
y así fue. Vos, veíais a vuestro ángel de la guarda a
menudo. Para entonces, el alcalde de Roma, Almaquio,
había prohibido sepultar a los cristianos, pero,
Valeriano y Tiburcio se dedicaron a sepultar todos
los cadáveres de cristianos que encontraban y por ello,
fueron arrestados y llevados ante el alcalde, éste
les pidió que declararan que adoraban a Júpiter y ellos
le dijeron que solo con el Dios de la Vida, lo harian
y entonces fueron azotados y les dieron muerte. Con
ella, estos mártires animaron a los cristianos de Roma
a sufrir con gusto los suplicios y jamás, ser infieles
a la santa religión. Luego, os arrestaron a vos, y exigieron
que renunciarais a vuestra religión, declarando que vos
preferíais la muerte, antes de abdicar de Cristo, y os
llevaron junto a un horno, para tratar de sofocaros
con el calor y los gases, pero, en vez de asfixiaros
vos, cantabais gozosa y feliz, cánticos de gloria a Dios.
Y, así, el cruel Almaquio, mandó que os cortaran vuestra
cabeza. Antes de morir, pedisteis a Urbano Papa, que
convirtiera vuestra casa en un templo de oración. Y,
así, voló vuestra alma al cielo, para coronada ser de luz,
Santa Patrona de todos los Músicos del orbe de la tierra;
¡oh!, Santa Cecilia, “viva virgen mártir y cantora de Dios”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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22 de Noviembre
Santa Cecilia
Mártir
Año 177
Santa Cecilia bendita, dile a Dios que también nosotros prefiramos mil muertes antes que ser infieles a nuestra santa religión. No ofendas a nadie ni en mucho ni en poco (S. Biblia Ecl. 5, 15).
Por más de mil años Santa Cecilia ha sido muy venerada en la Iglesia Católica. Una tradición muy antigua dice que pertenecía a una de las principales familias de Roma, que acostumbraba vestir una túnica de tela muy áspera y que había consagrado a Dios su virginidad. Sus padres la comprometieron en matrimonio con un joven llamado Valeriano, pero Cecilia le dijo a éste que ella había hecho voto de virginidad y que si él quería ver al ángel de Dios debía hacerse cristiano. Valeriano se hizo instruir por el Papa Urbano y fue bautizado. Luego entre Cecilia y Valeriano convencieron a Tiburcio, el hermano de éste, y lograron que también se hiciera cristiano.
Las historias antiguas dicen que Cecilia veía a su ángel de la guarda. El alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar los cadáveres de los cristianos. Pero Valeriano y Tiburcio se dedicaron a sepultar todos los cadáveres de cristianos que encontraban. Por eso fueron arrestados. Llevados ante el alcalde, éste les pidió que declararan que adoraban a Júpiter. Ellos le dijeron que únicamente adoraban al verdadero Dios del cielo y a su Hijo Jesucristo. Entonces fueron ferozmente azotados y luego les dieron muerte.
Los dos santos mártires animaban a los demás cristianos de Roma a sufrir con gusto todos los horrores, con tal de no ser infieles a la santa religión. En seguida la policía arrestó a Cecilia y le exigió que renunciara a la religión de Cristo. Ella declaró que prefería la muerte antes que renegar de la verdadera religión. Entonces fue llevada junto a un horno caliente para tratar de sofocarle con los terribles gases que salían de allí, pero en vez de asfixiarse ella cantaba gozosa (quizás por eso la han nombrado patrona de los músicos).
Visto que con este martirio no podían acabar con ella, el cruel Almaquio mandó que le cortaran la cabeza. La santa, antes de morir le pidió al Papa Urbano que convirtiera su hermosa casa en un templo para orar, y así lo hicieron después de su martirio. Antes de morir, había repartido todos sus bienes entre los pobres.
En 1599 permitieron al escultor Maderna ver el cuerpo incorrupto de la santa y él fabricó una estatua en mármol de ella, muy hermosa, la cual se conserva en la iglesia de Santa Cecilia en Roma. Está acostada de lado y parece que habla. En Roma había ya en el año 545 un templo dedicado a esta gran Santa.
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Cecilia.htm)
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