¡Oh!, Nuestra Señora del Carmen, Vos, sois la Virgen
Bienaventurada del Monte Carmelo, monte en el que Elías
logró, que el pueblo de Israel, a dar culto volviese
al Dios Vivo y en el que, más tarde, algunos, buscando
la soledad, se retiraron para hacer eremítica vida, origen
dando a vuestra orden de contemplativa vida, que os tiene
como Patrona y Protectora, Santa Madre de Dios. Desde
los ermitaños, que, establecidos en el Monte Carmelo; “Los
Carmelitas” por su profunda devoción a Vos, Santísima
Virgen conocidos son, porque ellos, la nube interpretaron
de la visión de Elías como símbolo Vuestro. Además,
cinco siglos antes de la proclamación como santísimo dogma,
el misal Carmelita contenía una Misa para Vos, Inmaculada
Concepción. Con Elías, profeta, que la pureza de la fe
en el Dios único y verdadero defendió, Vuestra Orden,
frutos vivos de la fe ha dado como Santa Teresa de Ávila,
San Juan de la Cruz, Santa Teresa del Niño Jesús y Santa
Teresa Benedicta de la Cruz, en los tiempos modernos.
Los Carmelitas desde siempre han difundido vuestra devoción,
señalándoos como modelo de oración, contemplación y
de dedicación a Dios, porque Vos, creísteis que Jesús,
Verbo encarnado, el culmen es, del encuentro del hombre
con Dios. Los marineros, mucho antes de la cibernética,
de las estrellas, para marcar su rumbo en la mar dependían
y por ello, a Vos, os dirigen como, “Estrella del Mar”, que
guía por las aguas tortuosas y difíciles de la vida, hacia
el puerto seguro que es Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro.
Y, el día aquél en que, por la invasión de los sarracenos,
obligados se vieron a abandonar el Monte Carmelo, Vos, Madre
de Dios, os aparecisteis mientras cantaban el “Salve Regina”
y os prometió ser para vosotros su “Estrella del Mar”. Y, así,
acompañasteis y acompañáis a vuestros hijos, esparcidos
sobre la faz de la tierra, vistiendo hábito en honor a Vos,
porque sus vidas os pertenecen a Vos, y por Vos, a Cristo.
¡Oh!, Nuestra Señora del Carmen, “Viva Estrella del Mar de Dios”.
© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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16 de julio
Nuestra Señora del Carmen
Advocación Mariana
Patrona de los marineros
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte
Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel
volviese a dar culto al Dios vivo y en el que, más tarde, algunos,
buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando
origen con el correr del tiempo a una orden religiosa de vida
contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.
Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte
Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la
Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1
Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el
siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal
Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
En las palabras de Benedicto XVI, 15,VII,06:
“El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las
estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía
con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las
aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados
a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes
de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y
ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre
conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una
estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es
decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella
acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo.
A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya
que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó:
“Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo”. En su profesión
religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor
ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por
ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.
España
Entre los lugares en que se venera en España la Virgen de España como patrona está Beniaján, Murcia. Vea ahí mas imágenes.
América
Es patrona de Chile; en el Ecuador es reina de la región de Cuenca y del Azuay, recibiendo la coronación pontificia el 16 de Julio del 2002. En la iglesia del monasterio de la Asunción en Cuenca se venera hace más de 300 años. Es además venerada por muchos en todo el continente.
(http://www.es.catholic.net/op/articulos/31890/nuestra-seora-del-carmen.html)
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