¡Oh!, San Sixto II, Papa, vos, sois el hijo del Dios
de la vida y su amado santo, que, mostrasteis
siempre, vuestro carácter de amor y de bondad.
Actuabais también como mediador de discordias
de la Iglesia de vuestro tiempo acertadamente,
y que, en práctica pusisteis la romana norma
de no re bautizar a los herejes e impíos. Con
el amor que os envolvía, los restos de San Pedro
y San Pablo, trasladasteis a su morada eterna.
Persecución y luego la muerte sufristeis, por
parte de los herejes, que, os obligaban a honores
rendir a paganos dioses. Así, un día, en que,
la liturgia celebrabais junto a vuestro pueblo
en un cementerio, capturado por una banda de
soldados y posteriormente decapitado sin juicio
sumario alguno fuisteis, junto a vuestros amados
diáconos Januarius, Vincentius, Magnus, Stephanus,
Felicissimus y Agapitus. Así, de cruenta manera,
vuestra santa vida terminó, volando vuestra alma
al cielo para coronada ser, con corona de luz,
como premio a vuestra fidelidad y entrega de amor;
¡oh!, San Sixto Papa, “viva luz, camino y, verdad”.
de la vida y su amado santo, que, mostrasteis
siempre, vuestro carácter de amor y de bondad.
Actuabais también como mediador de discordias
de la Iglesia de vuestro tiempo acertadamente,
y que, en práctica pusisteis la romana norma
de no re bautizar a los herejes e impíos. Con
el amor que os envolvía, los restos de San Pedro
y San Pablo, trasladasteis a su morada eterna.
Persecución y luego la muerte sufristeis, por
parte de los herejes, que, os obligaban a honores
rendir a paganos dioses. Así, un día, en que,
la liturgia celebrabais junto a vuestro pueblo
en un cementerio, capturado por una banda de
soldados y posteriormente decapitado sin juicio
sumario alguno fuisteis, junto a vuestros amados
diáconos Januarius, Vincentius, Magnus, Stephanus,
Felicissimus y Agapitus. Así, de cruenta manera,
vuestra santa vida terminó, volando vuestra alma
al cielo para coronada ser, con corona de luz,
como premio a vuestra fidelidad y entrega de amor;
¡oh!, San Sixto Papa, “viva luz, camino y, verdad”.
© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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En la pared derecha de la Cripta de los Papas se conservan, juntados, dos fragmentos originales de un primer poema de San Dámaso, dedicado al Papa Sixto II para celebrar su glorioso martirio.
“Cuando la espada (persecución)
las pías entrañas de la Madre (Iglesia)
traspasaba, aquí el obispo sepultado (Sixto II)
la doctrina (las divinas Escrituras) enseñaba.
Llegan de improviso soldados y arrestan
allí al sentado en cátedra (la cátedra episcopal),
mientras los fieles ofrecen sus cuellos a la guardia enviada (es decir, intentan salvar al Papa a costa de su vida).
Apenas el anciano (obispo)
supo que uno quiso arrebatarle la palma (del martirio),
él mismo fue el primero en ofrecerse y dar su cabeza a la espada, para que así a ninguno pudiera herir una tan impaciente rabia (pagana).
Cristo que distribuye los premios de la vida, reconoció el mérito del pastor, defendiendo El mismo el resto de su grey”.
(http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=1221)
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7 de Agosto
San Sixto II
Papa y mártir +258
Según el “Liber Pontificalis”, es de origen griego. Elegido el 31 de agosto, fue ordenado obispo de Roma el año 257.
De carácter bondadoso, solucionó las discordias que habían
atormentado la Iglesia durante el reinado de Cornelio, Lucio y Esteban.
Estableció la práctica romana de no re-bautizar a los herejes.
Efectuó la traslación de los restos de San Pedro y San Pablo. Durante
el martirio de Cipriano empezó a pronunciarse la exclamación “Deo
Grazias”.
Poco antes de su pontificado el emperador Valerio decretó un edicto
que obligaba a los cristianos a participar en el culto nacional a los
dioses paganos y les prohibía reunirse en los cementerios, amenazándolos
con exilio o muerte. En agosto del 258 se recrudeció la persecución.
Ver: Testimonio de S.Cipriano. Los obispos, sacerdotes y diáconos eran
perseguidos a muerte.
Sixto II fue una de las primeras víctimas del edicto (“Xistum in
cimiterio animadversum sciatis VIII. id. Augusti et cum eo diacones
quattuor”—Cipriano, Ep. lxxx). Para escapar la vigilancia de las fuerzas
imperiales, Sixto reunió a su pueblo el 6 de agosto en uno de los
cementerios menos conocidos (Prætextatus), junto a la Vía Appia.
Mientras celebraba la sagrada liturgia fue de repente arrestado por una
banda de soldados y decapitado junto con cuatro de sus diáconos:
Januarius, Vincentius, Magnus y Stephanus. Dos otros diáconos,
Felicissimus y Agapitus fueron ejecutados el mismo día.
Murió el 6 de agosto, 258. Los cristianos transfirieron su cuerpo a la cripta papal en el cementerio de San Calixto.
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