Día litúrgico: 30 de Diciembre (Día sexto de la octava de Navidad)
Texto del Evangelio (Lc 2,36-40): Había
también una profetisa, Ana, (…) de edad avanzada. No se apartaba del
Templo, sirviendo a Dios (…). Como se presentase en aquella misma hora,
alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención
de Jerusalén.
Hoy seguimos todavía en el Templo de Jerusalén. Después de
Simeón, otra persona anciana descubre a Jesús-Salvador. Parece que ella y
Simeón tienen como un olfato especial para encontrar a Dios. Eso es
cosa del Espíritu Santo.
—La Virgen, siempre que quieras, te entrega el Niño Jesús. No es difícil: ¡ve a la iglesia y allí los encontrarás!
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