¡Oh!, San Adrián de Cesarea, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado mártir y santo, que, perseguido por
el cruel Diocleciano, en el día en que solían celebrarse
los festejos de la “Fortuna de los Cesarienses”, por orden
del procurador y por vuestra fe radical en Cristo, fuisteis
arrojado ante un león y luego degollado a espada. Vos, y
vuestro compañero Eubolo, viajasteis a Cesarea para visitar
a los cristianos, cuestión que respondisteis a los guardias
de la ciudad, siendo luego conducidos ante el gobernador,
quien os mandó azotar y desgarrar vuestro cuerpo con garfios
de hierro, para luego, arrojaros a las fieras, siendo dos
días más tarde y durante las fiestas de la diosa Fortuna,
decapitado Adrián, luego de haber sido atacado por un león.
Pero, Eubolo vuestro compañero y amigo, la misma suerte
que vos corrió, y aunque el juez le prometió la libertad,
con tal de que adorase a los ídolos, el mártir prefirió
la muerte, antes de negar a Cristo Jesús, Dios y Señor
Nuestro. Así, vos, Adrián, y vuestro compañero Eubolo, a
Dios entregaron vuestras almas, que coronadas de luz fueron
como justo premio a vuestras entregas de amor y de fe.
© 2018 by Luis Ernesto Chacón Delgadode la Vida, su amado mártir y santo, que, perseguido por
el cruel Diocleciano, en el día en que solían celebrarse
los festejos de la “Fortuna de los Cesarienses”, por orden
del procurador y por vuestra fe radical en Cristo, fuisteis
arrojado ante un león y luego degollado a espada. Vos, y
vuestro compañero Eubolo, viajasteis a Cesarea para visitar
a los cristianos, cuestión que respondisteis a los guardias
de la ciudad, siendo luego conducidos ante el gobernador,
quien os mandó azotar y desgarrar vuestro cuerpo con garfios
de hierro, para luego, arrojaros a las fieras, siendo dos
días más tarde y durante las fiestas de la diosa Fortuna,
decapitado Adrián, luego de haber sido atacado por un león.
Pero, Eubolo vuestro compañero y amigo, la misma suerte
que vos corrió, y aunque el juez le prometió la libertad,
con tal de que adorase a los ídolos, el mártir prefirió
la muerte, antes de negar a Cristo Jesús, Dios y Señor
Nuestro. Así, vos, Adrián, y vuestro compañero Eubolo, a
Dios entregaron vuestras almas, que coronadas de luz fueron
como justo premio a vuestras entregas de amor y de fe.
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5 de marzo
San Adriano (Adrián) de Cesarea
Mártir
Martirologio Romano: En Cesarea de Palestina, san Adriano, mártir, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano, en el día en que solían celebrarse los festejos de la Fortuna de los Cesarienses, por mandato del procurador y por su fe de Cristo fue arrojado ante un león y después degollado a espada (309).
Etimológicamente: Adriano = Adrián = Aquel que viene del mar, es de origen latino.
En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano
gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo (o Eusebio) fueron de Batenea a
Cesarea para visitar a los confesores de la fe.
Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de
su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a
los cristianos.
Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó
azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser
arrojados después a las fieras.
Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león.
Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le
había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a
los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.
Autor: Fuente: Oremosjuntos.com
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