¡Oh!, San Fernando III, rey de Castilla y de León
vos, sois el hijo del Dios de la vida, y su amado
santo, y nadie como vos, que dejando de lado alcurnia
de oro, rendido cayese, a los pies de Aquél que todo
lo ve, y, del cielo implorase favores divinos, ninguno
negado y todos concedidos en vuestro reinado. De
Cristo Caballero, y de Nuestra Señora, fiel y humilde
siervo, jamás conocisteis el vicio ni el ocio, y mas
bien os mostrasteis siempre, “en la paz bravo”. ¡Vos,
sois, la muestra del amor, la humildad y la fe
maravillosa! Vos solías decir: “Más temo las maldiciones
de una viejecita pobre de mi reino que a todos los
moros del África”. Antes de partir a la casa del Padre,
abandonasteis vuestro lecho y, postrándoos en tierra,
sobre un montón de cenizas, recibisteis los últimos
sacramentos. A continuación, llamasteis a la reina y
a vuestros hijos, y os despedisteis de ellos amorosamente,
no sin antes de darles sabios consejos. Luego, volviéndoos
se a los que se hallaban presentes, os pedisteis que os
perdonasen por alguna ofensa recibida. Y, así, y alzando
hacia el cielo una vela encendida, la reverenciasteis
como símbolo del Espíritu Santo, pidiendo a los clérigos
que cantasen el “Te Deum”. Y, así, marchó vuestra alma
al cielo, para coronada ser con corona de luz, como justo
premio a vuestra entrega de amor y fe. Por ello, os
rogamos, para que los poderosos de esta tierra, a imitánción
vuestra, se rindan ante Vos, Eterno Padre, porque Sois
Vos; el origen de toda autoridad que en este mundo mora,
porque Vuestros, son el Reino, el Poder y la Gloria;
por los siglos de los siglos. Patrono de España, protector
de cautivos, devalidos y gobernantes. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡oh!, San Fernando, “viva imitación del Dios de la Vida”.
© 2018 by Luis Ernesto Chacón Delgado
vos, sois el hijo del Dios de la vida, y su amado
santo, y nadie como vos, que dejando de lado alcurnia
de oro, rendido cayese, a los pies de Aquél que todo
lo ve, y, del cielo implorase favores divinos, ninguno
negado y todos concedidos en vuestro reinado. De
Cristo Caballero, y de Nuestra Señora, fiel y humilde
siervo, jamás conocisteis el vicio ni el ocio, y mas
bien os mostrasteis siempre, “en la paz bravo”. ¡Vos,
sois, la muestra del amor, la humildad y la fe
maravillosa! Vos solías decir: “Más temo las maldiciones
de una viejecita pobre de mi reino que a todos los
moros del África”. Antes de partir a la casa del Padre,
abandonasteis vuestro lecho y, postrándoos en tierra,
sobre un montón de cenizas, recibisteis los últimos
sacramentos. A continuación, llamasteis a la reina y
a vuestros hijos, y os despedisteis de ellos amorosamente,
no sin antes de darles sabios consejos. Luego, volviéndoos
se a los que se hallaban presentes, os pedisteis que os
perdonasen por alguna ofensa recibida. Y, así, y alzando
hacia el cielo una vela encendida, la reverenciasteis
como símbolo del Espíritu Santo, pidiendo a los clérigos
que cantasen el “Te Deum”. Y, así, marchó vuestra alma
al cielo, para coronada ser con corona de luz, como justo
premio a vuestra entrega de amor y fe. Por ello, os
rogamos, para que los poderosos de esta tierra, a imitánción
vuestra, se rindan ante Vos, Eterno Padre, porque Sois
Vos; el origen de toda autoridad que en este mundo mora,
porque Vuestros, son el Reino, el Poder y la Gloria;
por los siglos de los siglos. Patrono de España, protector
de cautivos, devalidos y gobernantes. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡oh!, San Fernando, “viva imitación del Dios de la Vida”.
© 2018 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de mayo
San Fernando III
Rey de Castilla y de León
Su nombre significa “bravo en la paz”.
Santo seglar, que “no conoció el vicio ni el ocio”, Fernando III -el
más grande de los reyes de Castilla, dice Menéndez y Pelayo- nació en
1198; fue hijo de don Alfonso IX, rey de León, y primo de san Luis IX,
rey de Francia. Guerreó con los moros, que ocupaban gran parte de
España, unió las coronas de Castilla y de León, y conquistó los reinos
de Úbeda, Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla.
En sus dilatadas campañas, triunfó siempre en todas las batallas. No
buscó su propia gloria ni el acrecentamiento de sus dominios. Para él el
reino verdadero era el reino de Dios. Pedía a diario el aumento de la
fe católica y elevaba sus plegarias a la Virgen, de quien se llamaba
siervo. Caballero de Cristo, Jesús le había otorgado la gracia de los
éxtasis y las apariciones divinas. Amaba a sus vasallos y procuraba no
agravar los tributos, a pesar de las exigencias de la guerra. A este
respecto era conocido su dicho: “Más temo las maldiciones de una
viejecita pobre de mi reino que a todos los moros del África”. Llevaba
siempre consigo una imagen de nuestra Señora, a la que entronizó en
Sevilla y en múltiples lugares de Andalucía, a fin de que ésta fuera
llamada tierra de María Santísima.
La muerte del rey san Fernando constituye un ejemplo de fe y humildad. Abandonó el lecho y, postrándose en tierra, sobre un montón de cenizas, recibió los últimos sacramentos. Llamó a la reina y a sus hijos, y se despidió de ellos después de haberles dado sabios consejos.
Volviéndose a los que se hallaban presentes, les pidió que lo
perdonasen por alguna involuntaria ofensa. Y, alzando hacia el cielo la
vela encendida que sostenía en las manos, la reverenció como símbolo del
Espíritu Santo. Pidió luego a los clérigos que cantasen el Te Deum, y
así murió, el 30 de mayo de 1252. Había reinado treinta y cinco años en
Castilla y veinte en León, siendo afortunado en la guerra, moderado en
la paz, piadoso con Dios y liberal con los hombres, como afirman las
crónicas de él.
Guerrero, poeta y músico, compuso cantigas, una de ellas dedicada a
Nuestra Señora. Se destacó por su honestidad y la pureza de sus
costumbres.Fernando III fue canonizado por el papa Clemente X en el año
1671. Lo sucedió en el trono su hijo mayor, Alfonso X, que la historia
conoce con el nombre de Alfonso el Sabio.
Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy
Santos: Félix I, papa; Gabino, Críspulo, Sico, Palatino, mártires;
Exuperancio, Ausonio, Anastasio, presbíteros; Juana de Arco, virgen;
Venancio, Isaac, Basilio, Emilia, confesores; Uberto, Gamo, monjes;
Urbicio, abades.
(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Fernando_III.htm)
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