¡Oh!, San Egidio; vos, sois el hijo del Dios de la vida,
su amado santo, y el que honor, disteis al significado
de vuestro nombre:“El Protegido o defendido”. Del Ródano,
ermitaño y anacoreta, milagros por cientos se os atribuyen,
y, en el Medioevo,os llamaron: “Abogado de los pecadores”,
por haber ayudado en su conversión al Rey Carlos; protector
de pobres, tullidos y arqueros, por haber sido herido por una
flecha. Abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a
una cierva en peligro; y defensor contra las enfermedades
del cáncer yla epilepsia, o “mal de San Gil”. Hasta hoy,
se os representa como anacoreta, con varios atributos: cierva,
lirio, flecha clavada en el brazo, dos puertas, regalo del Papa
a vuestro monasterio y un mensaje celeste en una filacteria
por haber descubierto un pecado oculto del Rey Carlos y hacérselo
confesar. Eso erais, hasta el día en que, luego de haber gastado
vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra alma al cielo,
para, con justicia, coronado ser con corona de luz, como premio
a vuestra entrega grande de amor. ¡Aleluya! ¡Aleluya!¡Aluya!
¡oh!, San Egidio, “vivo amor y defensa del Dios de la Vida”.
su amado santo, y el que honor, disteis al significado
de vuestro nombre:“El Protegido o defendido”. Del Ródano,
ermitaño y anacoreta, milagros por cientos se os atribuyen,
y, en el Medioevo,os llamaron: “Abogado de los pecadores”,
por haber ayudado en su conversión al Rey Carlos; protector
de pobres, tullidos y arqueros, por haber sido herido por una
flecha. Abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a
una cierva en peligro; y defensor contra las enfermedades
del cáncer yla epilepsia, o “mal de San Gil”. Hasta hoy,
se os representa como anacoreta, con varios atributos: cierva,
lirio, flecha clavada en el brazo, dos puertas, regalo del Papa
a vuestro monasterio y un mensaje celeste en una filacteria
por haber descubierto un pecado oculto del Rey Carlos y hacérselo
confesar. Eso erais, hasta el día en que, luego de haber gastado
vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra alma al cielo,
para, con justicia, coronado ser con corona de luz, como premio
a vuestra entrega grande de amor. ¡Aleluya! ¡Aleluya!¡Aluya!
¡oh!, San Egidio, “vivo amor y defensa del Dios de la Vida”.
© 2018 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1º de septiembre
San Egidio
Ermitaño
(“El Protegido o Defendido” en latín; o “cabrito” en griego).
Martirologio Romano: En la región de Nimes, de la Galia
Narbonense (hoy Francia), san Egidio o Gil, cuyo nombre adopta la
población que después se formó en la región de la Camargue y donde se
dice que el santo había erigido un monasterio y acabado el curso de su
vida mortal (s. VI/VII).
Ermitaño de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII.
Algunas leyendas piadosas lo consideraban un rico heredero emigrado de
Marsella y establecido como anacoreta en un bosque, en la desembocadura
del río Ródano. Con el tiempo edificó un monasterio.
Se le atribuyen algunos milagros y la piedad en el Medioevo lo llamó:
Abogado de los pecadores, por haber ayudado en su conversión al Rey
Carlos; protector de pobres, tullidos y arqueros, por haber sido herido
por una flecha; abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a una
cierva en peligro; y defensor contra las enfermedades del cáncer y la
epilepsia, llamada “mal de San Gil”.
Se le consideró uno de los “14 santos auxiliares”. Se le representa
como anacoreta, con varios atributos: cierva, lirio, flecha clavada en
el brazo, dos puertas (regalo del Papa a su monasterio) y un mensaje
celeste en una filacteria por haber descubierto un pecado oculto del Rey
Carlos y hacérselo confesar.
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Gil_9_1.htm)
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