Por Luis Ernesto Chacón Delgado
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra." (Génesis 1,1).
Si alguna vez nosotros hemos levantado la vista hacia el cielo en una noche estrellada, nos sobreviene una especie de éxtasis al contemplar la bóveda celeste y no es para menos, en febrero del 2003 la imagen parvular del universo fue presentada por la NASA. ¿Y cómo fue esto?. El WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe), puso al descubierto esa infancia y con asombrosa precisión nos hizo conocer que las primeras estrellas surgieron sólo 200 millones de años después del Big Bang, esto es; alrededor de 500 millones de años antes de lo que los teóricos pensaban, y pone en evidencia la potencia del Big Bang, cuando se constata que universo tiene 13.700 millones de años.
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra." (Génesis 1,1).
Si alguna vez nosotros hemos levantado la vista hacia el cielo en una noche estrellada, nos sobreviene una especie de éxtasis al contemplar la bóveda celeste y no es para menos, en febrero del 2003 la imagen parvular del universo fue presentada por la NASA. ¿Y cómo fue esto?. El WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe), puso al descubierto esa infancia y con asombrosa precisión nos hizo conocer que las primeras estrellas surgieron sólo 200 millones de años después del Big Bang, esto es; alrededor de 500 millones de años antes de lo que los teóricos pensaban, y pone en evidencia la potencia del Big Bang, cuando se constata que universo tiene 13.700 millones de años.
El creyente, - me incluyo -, en cambio, conoce una explicación clara y sencilla: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra." (Génesis 1,1). El instante de la Gran Explosión es, con toda probabilidad, el momento en que Dios creó de la nada todo lo visible y lo invisible. Así lo hemos internalizando a lo largo de nuestra vida, de manera generacional cuando decimos el Credo “Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra ...(). Dicho de otra manera, las constataciones del campo científico de hoy, dichas desde siempre, de manera sencilla por la iglesia.
Aparte de la confirmación de la data, se ha podido elaborar un mapa más prolijo y minucioso de él, poco después de su nacimiento, confirmándose de esta manera la teoría del Big Bang, la misma que incorpora un nuevo capítulo en la historia temprana del mismo, que ha permitido respaldar la teoría, por la que se afirma que el universo está en proceso de expansión, a una velocidad creciente catapultado por una energía oscura y a la vez misteriosa, a la que ya rastrean un grupo de científicos.
Por comparación con datos de otras observaciones, los astrónomos calcularon de manera precisa parámetros primarios, como su edad, geometría, composición y peso: tiene trece mil millones de años, más - menos uno por ciento, un 4 % de su peso corresponde a átomos, el 23% es materia misteriosa –partículas elementales que quedaron como residuo del Big Bang, presumiblemente no descubiertas– y el 73% es energía oscura. Es geométricamente plano , es decir, que las paralelas no se cruzan en escala cósmica.
Según los científicos, después de la gran explosión; el Big Bang, con la fuerza desencadenada impulsó la materia, extraordinariamente densa, en todas direcciones, a una velocidad próxima a la de la luz. Con el tiempo, y a medida que se alejaban del centro y reducían su velocidad, masas de esta materia se quedaron más próximas para formar, más tarde, las galaxias.
Cerca del límite de esta galaxia, que hoy llamamos Vía Láctea, una porción de materia se condensó en una nube más densa hace unos 5.000 millones de años. Esto ocurría en muchas partes, pero esta nos interesa especialmente. Las fuerzas gravitatorias hicieron que la mayor parte de esta masa formase una esfera central y, a su alrededor, quedasen girando masas mucho más pequeñas.
La masa central se convirtió en una esfera incandescente, una estrella, nuestro Sol. Las pequeñas también se condensaron mientras describían órbitas alrededor del Sol, formando los planetas y algunos satélites. Entre ellos, uno quedó a la distancia justa y con el tamaño adecuado para tener agua en estado líquido y retener una importante envoltura gaseosa. Este planeta es nuestra Tierra.
La tierra que hoy conocemos tiene un aspecto muy distinto del que tenía poco después de su nacimiento, hace unos 4.500 millones de años. Entonces era un amasijo de rocas conglomeradas cuyo interior se calentó y fundió todo el planeta. Con el tiempo la corteza se secó y se volvió sólida. En las partes mas bajas se acumuló el agua mientras que, por encima de la corteza terrestre, se formaba una capa de gases, la atmósfera.
La mayoría de los creyentes (me vuelvo a incluir), saben que ha sido necesaria la intervención especial de Dios para crear la vida, porque ésta no pudo surgir de la materia inerte (nadie puede dar lo que no tiene). Los materialistas, en cambio, sostienen que la vida fue generada espontáneamente, por medio de reacciones químicas que sólo fueron posibles en unas circunstancias determinadas, muy excepcionales.
Nadie ha demostrado jamás que eso haya sucedido, por lo cual esa teoría no pasa de ser una especulación. Nunca se ha producido "artificialmente" ningún ser vivo, ni siquiera un virus, el más sencillo de los seres vivos. Además todos ellos, proceden de otros seres vivos, a través de una larguísima cadena cuyo origen desconoce la ciencia experimental.
En algún momento, de este peregrinaje cósmico, dijo Dios: "Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo." Génesis 1:26. El hombre es el único ser vivo que es consciente de sí mismo y por lo tanto es el único que puede disponer de sí, libremente. Como dice el Padre Jesuita Jorge Loring - a la sazón, Doctor en Teología, conferencista renombrado y autor de varios libros sobre estos temas: “Es como si de pronto, el científico se hubiera animado a escalar la montaña del saber, y al hacerlo encontrar en su cima, a un sacerdote sentado” . Loring, continúa y dice: “Al surgir el hombre, apareció con él, el pensamiento. El hombre es algo más que un simple animal . En el hombre hay un alma espiritual que no puede venir por evolución de la materia, sino por creación de Dios. El hombre es algo más que el resultado de una evolución biológica”.
Dentro del campo científico, continuaron los hallazgos y hace unos 60 millones de años surgieron los primeros primates. La evolución de los primates produjo el Ramapithecus alrededor de 14 MAAC. Hace al menos 4 millones de años aparecieron los primeros homínidos (los australopithecinos). Finalmente, hace 1.800.000 años surgió en África Oriental el Homo Habilis, capaz de utilizar y fabricar herramientas. La evolución del Homo Habilis generó sucesivamente el Homo Erectus (hace 1.500.000 años), el Homo sapiens (hace al menos 100.000 años) y el hombre moderno (hace unos 40.000 años).
Hoy podemos decir que el hombre más sencillo, no ha necesitado del empleo de grandes laboratorios, telescopios, naves sofisticadas, viajes al espacio exterior, grados universitarios, - muy comunes por este tiempo -, y sólo su fe a confirmado la grandeza de su Creador, la que se ha visto reforzada con lo que se hace en el campo científico. Sigue Loring: “Si pusiéramos en un año la historia del cosmos, el Big-Bang estaría al empezar el primero de enero, y toda la historia del hombre ocuparía tan sólo el último minuto del 31 de diciembre, de este hipotético año en que cada día equivaldría a 50 millones de años. Y Cristo aparecería el 31 de Diciembre a las 11 horas, 59 minutos y 50 segundos.”
Somos también de alguna forma universo, pues Dios nos hizo del barro y sobre el nos dio su influjo. Influjo que significó poseer un alma y un espíritu. El distingo más alto de la creación. Nada ni nadie es portador de esta presea, desde el mas microscópico organismo, hasta el más grande mamífero. Nadie. que hayamos conocido en el pasado, ni estemos por conocer, tiene este privilegio y todo ha quedado registrado como parte de esta odisea espacial. Hemos conquistado la Luna, vamos a la conquista de Marte y sabe sólo Dios, que más se nos ocurra mañana.
En el universo, en este momento nacen y mueren literalmente nuevas y viejas estrellas. Nuevos mundos. Se configuran nuevas constelaciones y galaxias. Los quasares y pulsares están ahí en la profundidad del vasto universo que se expande, y nosotros no estamos perdidos, como en aquella serie televisiva de los años 60 “Perdidos en el espacio”, fascinante para su época, era mi favorita y quizás la culpable de que me interese por la astronomía. Ahora sabemos donde estamos, pero quizás perdimos la brújula, aquí abajo. Hemos conquistado de todo y a todos, pero la mayor conquista del hombre no se ha dado aún: la conquista de sí mismo. Hemos buscado hacia fuera y poco o nada nos ha interesado la búsqueda interior. Si lo hubiéramos hecho, otro sería el cuento en esta nuestra “tienda de campaña”.
“Cada vez que una vieja civilización se desintegró y pereció fue por causas que habían producido un endurecimiento del corazón, contrayendo una depreciación del hombre. Cuando el Estado o un grupo de hombres poderosos empezaba a considerar a la gente como simples instrumentos de su poder; cuando, por reducir a la esclavitud a unas razas más débiles, impidiéndoles la redención por todos los medios posibles, el hombre minaba los cimientos de su propia grandeza, su propio amor a la libertad y a la equidad. Jamás podrá subsistir la civilización a base de un canibalismo, cualquiera que sea. Solo el amor y la justicia pueden alimentar lo que resulta indispensable para que un hombre sea verdaderamente un hombre”, dice el gran Tagore en su “Sadhana o la Vía Espiritual”
Poner nuestra total confianza en Dios, es el mejor homenaje que puede hacerle el hombre en la tierra. Él, es el principio y final de todo. Las tradiciones son importantes para todas las sociedades, pero me sentiría muy mal atribuirle poderes mágicos a unas uvas, monedas, maletas, escaleras, ropajes amarillos entre otras supersticiones. Demos gracias a Dios por todo lo recibido en el año que termina y depositar nuestra plena confianza, intenciones, intereses y esperanzas en Dios; para el próximo basta y sobra. Además no olvidemos al misterioso “Big Bang”, gracias a el estamos acá. Mejor dicho, no nos olvidemos de Dios. Él generó la chispa de la vida. ¡Feliz Año para todos!
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FUENTES:
J. Loring España “PARA SALVARTE” España 2003
Tagore “Sadhana o la Vía Espiritual” Buenos Aires 1998
Enciclopedia “SARPE” de la Astronomía 2004
http://www.catholic.net/
http://www.nasa.gov/
En algún momento, de este peregrinaje cósmico, dijo Dios: "Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo." Génesis 1:26. El hombre es el único ser vivo que es consciente de sí mismo y por lo tanto es el único que puede disponer de sí, libremente. Como dice el Padre Jesuita Jorge Loring - a la sazón, Doctor en Teología, conferencista renombrado y autor de varios libros sobre estos temas: “Es como si de pronto, el científico se hubiera animado a escalar la montaña del saber, y al hacerlo encontrar en su cima, a un sacerdote sentado” . Loring, continúa y dice: “Al surgir el hombre, apareció con él, el pensamiento. El hombre es algo más que un simple animal . En el hombre hay un alma espiritual que no puede venir por evolución de la materia, sino por creación de Dios. El hombre es algo más que el resultado de una evolución biológica”.
Dentro del campo científico, continuaron los hallazgos y hace unos 60 millones de años surgieron los primeros primates. La evolución de los primates produjo el Ramapithecus alrededor de 14 MAAC. Hace al menos 4 millones de años aparecieron los primeros homínidos (los australopithecinos). Finalmente, hace 1.800.000 años surgió en África Oriental el Homo Habilis, capaz de utilizar y fabricar herramientas. La evolución del Homo Habilis generó sucesivamente el Homo Erectus (hace 1.500.000 años), el Homo sapiens (hace al menos 100.000 años) y el hombre moderno (hace unos 40.000 años).
Hoy podemos decir que el hombre más sencillo, no ha necesitado del empleo de grandes laboratorios, telescopios, naves sofisticadas, viajes al espacio exterior, grados universitarios, - muy comunes por este tiempo -, y sólo su fe a confirmado la grandeza de su Creador, la que se ha visto reforzada con lo que se hace en el campo científico. Sigue Loring: “Si pusiéramos en un año la historia del cosmos, el Big-Bang estaría al empezar el primero de enero, y toda la historia del hombre ocuparía tan sólo el último minuto del 31 de diciembre, de este hipotético año en que cada día equivaldría a 50 millones de años. Y Cristo aparecería el 31 de Diciembre a las 11 horas, 59 minutos y 50 segundos.”
Somos también de alguna forma universo, pues Dios nos hizo del barro y sobre el nos dio su influjo. Influjo que significó poseer un alma y un espíritu. El distingo más alto de la creación. Nada ni nadie es portador de esta presea, desde el mas microscópico organismo, hasta el más grande mamífero. Nadie. que hayamos conocido en el pasado, ni estemos por conocer, tiene este privilegio y todo ha quedado registrado como parte de esta odisea espacial. Hemos conquistado la Luna, vamos a la conquista de Marte y sabe sólo Dios, que más se nos ocurra mañana.
En el universo, en este momento nacen y mueren literalmente nuevas y viejas estrellas. Nuevos mundos. Se configuran nuevas constelaciones y galaxias. Los quasares y pulsares están ahí en la profundidad del vasto universo que se expande, y nosotros no estamos perdidos, como en aquella serie televisiva de los años 60 “Perdidos en el espacio”, fascinante para su época, era mi favorita y quizás la culpable de que me interese por la astronomía. Ahora sabemos donde estamos, pero quizás perdimos la brújula, aquí abajo. Hemos conquistado de todo y a todos, pero la mayor conquista del hombre no se ha dado aún: la conquista de sí mismo. Hemos buscado hacia fuera y poco o nada nos ha interesado la búsqueda interior. Si lo hubiéramos hecho, otro sería el cuento en esta nuestra “tienda de campaña”.
“Cada vez que una vieja civilización se desintegró y pereció fue por causas que habían producido un endurecimiento del corazón, contrayendo una depreciación del hombre. Cuando el Estado o un grupo de hombres poderosos empezaba a considerar a la gente como simples instrumentos de su poder; cuando, por reducir a la esclavitud a unas razas más débiles, impidiéndoles la redención por todos los medios posibles, el hombre minaba los cimientos de su propia grandeza, su propio amor a la libertad y a la equidad. Jamás podrá subsistir la civilización a base de un canibalismo, cualquiera que sea. Solo el amor y la justicia pueden alimentar lo que resulta indispensable para que un hombre sea verdaderamente un hombre”, dice el gran Tagore en su “Sadhana o la Vía Espiritual”
Poner nuestra total confianza en Dios, es el mejor homenaje que puede hacerle el hombre en la tierra. Él, es el principio y final de todo. Las tradiciones son importantes para todas las sociedades, pero me sentiría muy mal atribuirle poderes mágicos a unas uvas, monedas, maletas, escaleras, ropajes amarillos entre otras supersticiones. Demos gracias a Dios por todo lo recibido en el año que termina y depositar nuestra plena confianza, intenciones, intereses y esperanzas en Dios; para el próximo basta y sobra. Además no olvidemos al misterioso “Big Bang”, gracias a el estamos acá. Mejor dicho, no nos olvidemos de Dios. Él generó la chispa de la vida. ¡Feliz Año para todos!
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FUENTES:
J. Loring España “PARA SALVARTE” España 2003
Tagore “Sadhana o la Vía Espiritual” Buenos Aires 1998
Enciclopedia “SARPE” de la Astronomía 2004
http://www.catholic.net/
http://www.nasa.gov/
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