18 septiembre, 2008




La Luz De La Fe

¡Ay!, humano placer que no te aquietas.
Que las vidas; vuestras son y Vos,
sólo miráis y esperáis.
Si el mañana se tornase incierto,
que sea siempre la luz de la fe;
la que inspirando siga, a los hijos
vuestros y míos y de aquellos
mís hermanos; al irredento transitar,
por las cumbres, los valles,
los desiertos, los montes y los
mares del mundo todo, dejando
la siembra de la Buena Nueva y
como suaves efluvios, en cada pliegue
y en cada recodo del camino y tal
cual hizo en su hora, Melquisedec,
rey de Salem del Dios Altísimo sacerdote;
dejando vívidas ofrendas de Pan y Vino;
Vino y Pan al Dios de la vida.
¡Ay!, humano placer que no te aquietas.
Que las vidas; vuestras son y Vos,
sólo miráis y esperáis. Amén.

© 2008 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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