¡Oh! San Cristóbal, vos sois el hijo del Dios
de la Vida su mártir, amado santo y figura
importante en la historia del cristianismo de
Oriente y Occidente. Vuestra historia más, que
leyenda, conocida es en Occidente pues vos,
portasteis sobre vuestros hombros a un niño
reluciente al que vos, no conocíais y nunca
habíais visto, a través de un río caudaloso
el que atravesabais una y otra vez, de un lado
al otro, llevando gente que no era capaz de
vencer la fuerza de las aguas. A vos, os
resultaba más fácil cruzar dada la fuerza y
altura que poseíais. Pero, aquel niño que os
solicitó ayuda, antes de desaparecer, os reveló
secretamente que era Cristo, a quien vos,
intentabais ayudar ayudando a otros. Por ello
se entiende mejor porque a vos, os llamaban
“Christophoros”, que en griego quiere decir
“portador de Cristo”. Por ello, os representan con
el niño Jesús sobre vuestros hombros y llevando
un bastón con hojas. En la baja Edad Media se
popularizó la creencia de que bastaba mirar
vuestra imagen para que cualquier viajero se
librara del peligro durante su travesía. Y,
claro, no por nada sois patrón de peregrinos,
viajeros, motoristas y transportistas en general.
Erais vos, un hombre corpulento, de gran estatura
que servisteis como soldado del Imperio Romano
y que, con vuestra alma caritativa ayudabais
a los cristianos cautivos. A vos os bautizaron en
Antioquía y de allí os dirigisteis predicar a
Licia y Samos, donde os tomaron como prisionero
por el rey Dagón, por órdenes del infeliz Decio,
donde vos, os resististeis a abdicar de vuestra
fe, aunque fuerais torturado, y terminasteis
siendo degollado. ¡Y maravilla de maravillas!
Siria, y el rey Dagón se convirtieron a Cristo
gracias a vos, “Christophoros”, portador de Cristo.
Hoy, vuestra alma brilla en la mansión del Señor
y vuestros criminales en las tinieblas del averno;
¡Oh! San Cristóbal "vivo portador del Dios Vivo".
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Julio
San Cristóbal
Mártir
San Cristóbal de Licia es una figura muy importante en la historia
del cristianismo de Oriente y Occidente; y aunque las dificultades para
conocerlo y entender su papel histórico son reales, se sabe con bastante
certeza que vivió durante el gobierno de Decio, tercer emperador
romano, alrededor del año 250 de la era cristiana.
Su famosa leyenda, que es conocida sobre todo en Occidente y que podría haberse inspirado tanto en historias reales de mártires cristianos como en algún personaje de la mitología griega, cuenta que Cristóbal portó sobre sus hombros a un chico, al que no conocía, a través del río caudaloso que atravesaba una y otra vez, de un lado al otro, llevando gente que no era capaz de vencer la fuerza de las aguas. A Cristóbal le resultaba más fácil cruzar dada la fuerza y altura que poseía. Aquel niño desconocido que le solicitó ayuda, antes de desaparecer, le reveló que era Cristo, a quien él intentaba ayudar ayudando a otros.
Precisamente, al considerar esta historia, uno puede comprender mejor el porqué de su nombre “Christophoros”, que en griego quiere decir “portador de Cristo”. Desde el siglo IV San Cristóbal fue representado con el niño Jesús sobre sus hombros y llevando un bastón con hojas.
En la baja Edad Media se popularizó la creencia de que bastaba mirar su imagen para que cualquier viajero se librara del peligro durante su travesía; y es que a Cristobal se le considera patrón de peregrinos, viajeros, motoristas y transportistas en general.
La tradición conserva la idea de que fue un hombre corpulento, de gran estatura que probablemente se desempeñó como soldado del Imperio Romano; también se dice que tenía un alma caritativa y trataba de ayudar a los cristianos cautivos.
La tradición señala, además, que San Cristóbal fue bautizado en Antioquía y de allí se dirigió a predicar a Licia y Samos. En esa ciudad fue tomado prisionero por el rey Dagón, por órdenes del emperador Decio, y tras resistirse a abdicar de su fe aunque fuese torturado, se ordenó degollarlo. Según Gualterio de Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo gracias a este Santo.
San Cristóbal es un santo muy popular; lo es en tal medida que poetas modernos como Federico García Lorca y Antonio Machado lo han cantado con inspirados versos. Su estatua, generalmente colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, en España.
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