04 noviembre, 2007

Séptimo Capítulo: La Palabra Eterna

Para el año 1976, Madre Angélica había escrito 50 mini libros y grabado 150 cintas de audio; un material nada despreciable para un país que era predominantemente protestante; fue entonces que se propuso comprar lo último de tecnología en impresión. Para ello tuvo que buscar una serie de fuentes de financiamiento recorriendo todas las entidades bancarias sin un dólar en el monedero, hasta que se produjo el milagro, consiguió 10,000 dólares de un antiguo amigo del Monasterio y pudo recaudar 3,000 dólares en donaciones.

A raíz de todo esto, Madre se volvió famosa y fue llamada por todos los medios de comunicación social para una serie de entrevistas televisivas, fue allí que su espíritu comprendió cómo el señor le estaba guiando para asumir mayores responsabilidades. Un día se sintió fascinada para asistir a un estudio de televisión y se dijo así misma, yo tendré uno como este y así fue. Y venciendo una serie de obstáculos adquirió sus propias cámaras, construyó su propio estudio y grabó sus propios programas, ese fue el comienzo de la estación de televisión EWTN.

Sexto Capítulo: La Renovación

Está bien que un experto en construcciones se encargue de hacerlas; pero este no era el caso. Madre Angélica armada de una pasión indescriptible, abraza este nuevo proyecto de una manera extraordinaria.

Hay que ver como de una manera insospechada se produjeron actos milagrosos para apoyar a esta noble tarea. Llovieron sucesivamente desde alimentos, losetas, pintura y todo aquello que fuese necesario para su construcción. María Angélica, siempre depositaba su confianza y fe, en el Hombre de Arriba. Hay que señalar que el grupo que rodeaba a María Angélica, según lo declara ella misma, era de muy alta calidad.

Uno de los sucesos más emocionantes que vivió María Angélica, fue saber de que su madre Mae se convirtió en la primera postulante de la comunidad; recibiendo sus hábitos el 2 de enero de 1963, profesando sus votos al siguiente año (1964). Mae llevó el nombre de la hermana María David del Infante Jesús.

Para entonces el Concilio Vaticano II realizó profundas reformas que iban desde la liturgia hasta la nueva evangelización, haciendo énfasis en el uso y empleo de todos los medios de comunicación social para expandir la Buena Nueva. Este era el Concilio de Madre Angélica ya que a partir de éste, María Angélica pudo seguir adelante con el proyecto de la EWTN.

Para entonces, dejaron de lado la producción de anzuelos, por la venta de maní tostado, que tuvo un éxito excepcional durante un par de años que dejaron por razones estratégicas. Un suceso importante y misterioso sucedió cuando un desconocido sacerdote impuso las manos sobre la cabeza de Madre Angélica y el cambio empezó de manera extraordinaria. Madre Angélica había adquirido una gripe de la cual se recuperaba y como dice ella leía el Evangelio de San Juan, en voz alta “En el principio era el verbo y el verbo estaba en Dios y el verbo era Dios...”. En ese momento según cuenta la Madre, se sintió llena del Espíritu Santo y escuchó que Dios le decía: “Te estoy preparando para algo muy especial y único”.
María Angélica había estado editando ya hace buen tiempo una serie de panfletos de 12 páginas para ser distribuido en los lugares más insospechados, los cuales comenzaron a rendir su frutos salvando vidas y convirtiendo almas; motivo mas suficiente, para tener una imprenta propia dentro del monasterio.

Quinto Capítulo: Nuestra Señora de los Ángeles

María Angélica, se propone decididamente y cumpliendo su promesa de fundar un Monasterio, por haber recobrado la salud, lucharon contra todo y contra todos. Burocracia incluida, envidias intestinas y sobre todo con gente de la propia Iglesia Católica; que se oponía radicalmente a su construcción, pero así como hay problemas también hay una luz al final del túnel y para esto Madre Angélica y su clan se las ingenian, de una manera extraordinaria poniendo en práctica una serie de pequeños negocios, que fueron creciendo para la Gloria de Nuestro Señor.

El negocio “Anzuelos de Pesca San Pedro” fue la clave para la construcción del Monasterio. Al principio como cualquier negocio, les hizo transpirar gotas frías pero conforme la oración y la producción, iba en aumento los caminos del Señor abrían nuevos horizontes.

Cuando ya más o menos estaba todo avanzado, presentó su proyecto a la Diócesis de Mobile - Birmingham a cargo de Arzobispo Thomas Toolen. El día que llegó la autorización las madres rieron y lloraron, poco después llevaron la maqueta del Monasterio al Arzobispo Toolen, aprobándolo al instante. Para esto el Monasterio de Santa Clara había asignado 5,000 dólares que se sumarían a lo obtenido por la venta de los anzuelos San Pedro. Así las Madres marcharon al Sur y compraron un terreno de 15 hectáreas en Irondale, Birmingham. La primera piedra fue colocado el 24 de julio de 1961.

La Hermana Rafaela estaba totalmente admirada por el tesón, la fuerza y sobre todo la fe de la Hermana Angélica. En esta etapa nuevamente fueron bendecidas por la Providencia del Señor, recibiendo buenos deseos, apoyo gratuito y una serie de servicios que partieron desde la donación de ladrillos, lozas para el piso y cientos de galones de pintura.

El 20 de mayo de 1962. la Comunidad de Hermanas Franciscanas de Adoración Perpetua de Irondale, Alabama dieron por inaugurado el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles.

Cuarto Capítulo: El Convento de Santa Clara

En este claustro Madre Angélica pasó 15 años de su vida y donde se suceden una serie de eventos como las visitas frustradas de su madre y una serie de trabajos dentro del monasterio. María Angélica en estas tareas comenzaba a demostrar porque razones había sido elegida por Dios para llevar a cabo sus misteriosos caminos. Allí también Madre Angélica, hace la primera consagración de votos, es decir los de pobreza, castidad y obediencia. Madre Angélica redacta una hermosa invitación a su madre en la que Jesús, agradece de manera muy especial el gesto que Él sentía, en los siguientes términos.

A nuestra querida amiga:
Jesús, Hijo del Altísimo, y la Hermana María Angélica, hija de Mae Frances, quien habiéndose desposado el 2 de enero de 1947 para toda la eternidad, desean expresar su gratitud por todo el duro trabajo, el tiempo y el dinero tan generosamente invertido en hacer una boda tan maravillosa, Jesús ha mirado todos tus esfuerzos y te ha dado muchas bendiciones. El esposo ha pedido a la novia transmitirte su paz y consuelo. Mientras la pareja real continúa viviendo juntos una vida escondida, tú puedes estar segura de que hablarán de ti con frecuencia, pidiendo a los Ángeles de la guarda que te protejan de cualquier daño, y te provean en todas tus necesidades espirituales y temporales. Incluimos un pedazo de cinta que ha pasado por todos los Santuarios de Jerusalén. La novia tiene otro regalo para ti, pero El mismo lo guardará hasta el día en que le puedas ver cara a cara.
Con amor y gratitud por siempre,
Jesús y Angélica

Sería maravilloso que en nuestro tiempo, una gran cantidad de mujeres podrían tomar como modelo no solamente la decisión de Madre Angélica, la de abrazar los hábitos para toda la eternidad, sino que además supiese que al hacerlo, llamarían con sus modelos de vida a cientos de miles de sus congéneres en todo el mundo y quizá algún día pudiesen escribir una carta como la que hemos transcrito anteriormente.

John Risso había sido el progenitor de Madre Angélica, que en temprana edad había desistido del matrimonio y había dejado prácticamente desprotegidas a madre e hija, quienes como hemos visto a fuerza de fe y siguiendo los caminos del Señor, se habrían paso contra el mundo. Este mismo John enterado de que su hija había abrazado los hábitos decidió visitarla y le manifestó -quizá un poco tarde- el daño que había obrado en contra de ellas. El 2 de enero de 1953, María Angélica, realizó la consagración de votos solemnes de manera definitiva; señalando que hay 3 pensamientos que han sido rectores en la vida de Madre Angélica:

1) Amor a Jesús de manera creciente.
2) Mantener los ojos de mi corazón en Jesús.
3) Tanto mis virtudes como mis caídas y tropiezos serán oportunidades para profundizar en este santuario donde sólo Jesús habita y en el que vivimos juntos como si nadie más existiese en este mundo.

En este tiempo María Angélica, prestaba su socorro y apoyo a las novicias y postulantes orientándolas hacia la comprensión de los escritos de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Avila, San Pablo de la Cruz, San Ignacio de Loyola, San Francisco de Sales, San Bernardo de Clairvaux y todos los grandes Maestros de vida espiritual.

En estas circunstancia s María Angélica, sufre un terrible accidente en la columna, del que milagrosamente se restableció; cumpliendo con la promesa de construir un Monasterio en el Sur.

Tercer Capítulo: Hermana María Angélica de la Anunciación

El proceso espiritual es una suerte de transformación cadenciosa y lenta que se ha producido a lo largo del tiempo en una multitud de Santos y Santas de nuestra Iglesia Católica. Se conoce desde siempre, que todos estamos llamados a ser santos dentro de nuestras actividades propias, pero que de alguna manera éstas, se proyecten hacia los demás, tanto así que uno, deja de serlo porque sólo la verdad, mora en él, es decir Cristo Jesús.

Manifiesta Madre Angélica que se enamoró de Dios y empezó a tener una verdadera sed de Él, tanto que desde aquel instante su vida cambió. El año 1942, la Madre Angélica se graduó en el McKinley High School, en pleno apogeo de la Segunda Guerra Mundial. La Madre Angélica encontró en el departamento de publicidad de Timkin Roller Bearing Company, puesto en el que descolló de manera impresionante. En esta etapa de su vida, Madre Angélica se identificó con la vida, pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, asistiendo a la eucaristía y en una de esas visitas entregó su vida al Señor.

Como es normal en esas circunstancias ella había decidido poner su vida al servicio del Señor y lógicamente una serie de interrogantes se batían en su ser interior. ¿Cómo le confesaría esta decisión a su madre?. Pensó entonces hacerlo a través del Monseñor Habig y así lo hizo, decidiendo ingresar al Monasterio el 15 de agosto de 1944, redactando para esto una carta a su Madre en los siguientes términos:

14 de agosto de 1944
Querida mamá:

“Cuando recibas esta carta estaré en Cleveland. He ingresado en el Monasterio de la Adoración en la calle 40 y Euclid, más conocido como el Santuario de San Pablo... Un claustro es Cielo en la tierra. Ahí le diré con cada respiro que le quiero. Algo me pasó después de mi curación. ¿Qué fue exactamente? No lo se. Me enamoré completamente de nuestro Señor. Vivir en el mundo estos 19 meses ha sido muy difícil para mi. Te quiero muchísimo y no olvidaré todo lo que has hecho por mi. Por favor confía en El, podrás escribirme una vez cada 2 meses. Me encontraras con las puertas abiertas. Te escribiré una vez al mes. Pero recuerdo que pertenecemos primero a Dios y luego a nuestros padres. Somos sus hijos. Te pido tu bendición para que pueda alcanzar las alturas que deseo. Te quiero mucho y quiero agradecer a la abuela todo lo que ha hecho por mí. Te quiero”.
Siempre tuya
Rita

En este lapso sucedieron una serie de hechos para intentar disuadir de su objetivo a Madre Angélica lo que fue por demás negativo. Una noche la madre de Madre Angélica; Mae Rizzo le escribió una carta a Dios:
20 de abril de 1945
“Al Rey de Reyes en su más Sagrado Sacramento:
Hoy te ofrezco a mi querida hija cuando cumple veintidós años de edad. Hoy te entrego feliz aquello que has puesto bajo mi tutela. He tratado de educarla de la mejor manera posible. Perdóname, querido Señor, por las ofensas que he cometido contra Ti. Te agradezco la gran herida que ha puesto en mi corazón. Te ruego que llenes a Rita d tu Gracia y bendiciones durante todos los días de su vida y sobre todas aquellas personas que has escogido como sus superiores.

Pido humildemente recibir tan sólo las migajas, porque sé que me amas. Humildemente pido la Gracia de quererte más y más, y la Gracia de ganar almas para Ti.”

Mas adelante, el 8 de noviembre de 1945, Madre Angélica escuchaba para sí las siguientes palabras:

“Querida Hermana”, finalmente entornó el Obispo que presidía la ceremonia, “ya no serás conocida como Rita Antoinette Rizzo. Tu nuevo nombre en la religión será Hermana María Angélica de la Anunciación. Ahora le perteneces al Señor Que Dios esté contigo”.
En la noche de aquella ceremonia Madre Angélica escribió una carta a su madre:

Querida mamá:
Hoy el honor más grande nos ha sido dado a ti y mí. Que me hubiera casado con un rey terrenal hubiera sido un gran honor, pero ser desposada con el Rey de Reyes es un honor que ni siquiera los Angeles pueden entender (...)
Permanezcamos el resto de nuestras vidas agradeciéndole, alabándole y amándole. ¿Habrá algún sacrificio demasiado grande para ofrecérselo a Aquél que nos mantiene siempre en sus brazos? (...)
“Pido tu bendición, en este nuestro día de días para que puede convertirme en lo que Jesús quiere que sea”.
Tu hija adorada y Esposa de Jesús
Hermana María Angélica

De esta manera Madre Angélica, se convierte en un ejemplo de viva fe, cuando despreciando el mundo se abraza a la Cruz de Cristo.

Segundo Capìtulo: La Encrucijada

En esta parte se narra el bachillerato de la Madre Angélica y el sufrimiento del amor y el cariño que le profesaba su madre, frente al sin número de problemas que les acarreaba; el vivir limitadas al poco o nulo nivel de subsistencia, conjuntamente con los pocos ingresos de la tintorería que mantenía su madre.

Dice la Madre Angélica que sus años en colegio fueron desastrosos, ya que no tenía tiempo para hacer amigos, hacer sus deberes y tampoco para soñar. También dice que jamás había salido con chicos de su edad. Todos sabemos que cuando llegamos a esta etapa de la vida, de alguna manera tomamos la iniciativa, e interactuamos con el mundo que nos rodea; pero en el caso de ella jamás se dió esta posibilidad.

Las etapas más bellas de la vida, pasaron sin quedarse, ni dejar huella aguna en torno suyo. Están entre otras, el enamoramiento, las ilusiones de ser visitada. El grupo de amigos o amigas; en una palabra un proceso que contribuye a la maduración del ser interior; pero que para Madre Angélica, estas no se presentaron, ni se presentarían jamás. Madre Angélica también relata que muchos de sus maestros reconocían que rea una mujer muy inteligente y que exigían de ella un rendimiento más acorde con sus potencialidades.

Lo más increíble se produjo en esta etapa de la vida, ya que a los 16 años ella empezó a buscar trabajo para su mamá y recorrió las más diversas estancias presentando las buenas cartas que ofrecía su madre. Para entonces Madre Angélica, daba muestras de ciertas dolencias tenía a nivel estomacales que fueron en aumento, hasta que unos estudios concluyeron que tenía problemas respecto al calcio; es entonces cuando su madre le cuenta como una señora de apellido Wise se había curado por la intercesión de Santa Teresita. Este evento, comenta Madre Angélica, dio inició a su apostolado de servivio para con Dios, empezando una transformación en ella. Las molestias, desaparecieron totalmente. Madre Angélica empezó a rezar cada vez que podía y agradecer a Dios en toda circunstancia.

Primer Capítulo: La Vía Dolorosa (Resumen)

Este capítulo relata como es que Rita Rizzo y su madre Mae Helen Gianfrancisco se las jugaban cada día para sobrevivir y en todo este clima, al parecer la Divina Providencia estaba moldeando el espíritu y la fortaleza de ambas; pero de manera especial el de Rita; ya que en su vida sucedieron una serie de hechos que marcaron su personalidad para toda la vida, pero dentro de todo esto, ella aguardaba en su corazón que Dios le tenía reservado un maravilloso secreto.


Ahora se sabe también, que vivió en un mundo mafioso y de traficantes en el que conoció al Padre Ricardi, Párroco de la Iglesia San Antonio, con el que mantuvieron una maravillosa amistad, conviertiéndose en su principal benefactor, hasta que un día fue acribillado por las huestes del mal, perdiendo madre e hija a su más preciado colaborador.

Este capítulo es por demás enternecedor ya que se narran aspectos muy humanos de esta pareja que habría de escribir, a pesar de sus angustias y penas la más hermosa historia de fe de nuestros tiempos modernos. Para esto, muy tempranamente, la Madre Angélica habría tenido que soportar el divorcio de sus padres y además el estigma de ser señalada por todos como algo despreciable.